La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) asignó a 700 efectivos del Ejército Mexicano para reforzar la vigilancia es las zonas neurálgicas de extracción y comercialización ilegal de hidrocarburos actividad en la que le otorga el nada honoroso primer lugar a Hidalgo de lo cual se derivan otros delitos que tienen en jaque a la población de por lo menos cuatro regiones.
La detención el miércoles de once personas y el aseguramiento de diferentes tipos de drogas en Santiago Tulantepec que junto con Cuautepec de Hinojosa son municipios conurbados a Tulancingo de Bravo, prueban que el huachicol está asociado al narcomenudeo y ambos producen inseguridad y violencia que se reflejan en el aumento de homicidios dolosos.
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Combatir el huachicol no corresponde a las policías estatales o municipales es responsabilidad directa del Gobierno de la República, concretamente del Ejército Mexicano, la Guardia Nacional y de Seguridad de Petróleos Mexicanos (Pemex), pero en el estado, esto distrae por mucho a las corporaciones locales lo que genera descuido en la lucha contra delincuencia común.
Lo que se ha convertido en un círculo vicioso que ha provocado un incremento en la violencia y en la inseguridad en municipios como Cuautepec de Hinojosa e Ixmiquilpan en dos puntos diferentes de la entidad pero que tienen en común el cruce de ductos de Pemex y falta de oportunidades además de pésimos gobiernos municipales uno priista y el otro morenista.
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Desde el inicio el presidente Andrés Manuel López Obrador, insistió en la lucha frontal al Huachicol pero no se ve como la pueda ganar el Gobierno de la República, porque no se ha frenado, Hidalgo es ejemplo, lo mismo la indiscriminada venta de combustible ilegal en carreteras como la México – Querétaro, por eso bienvenido el personal federal para combatir esas actividades delincuenciales y reducir los indicadores de violencia.