Hoy concluye el por demás complicado año 2022 para dar paso a un 2023 lleno de retos y sueños. Los golpes de los últimos tres años fueron brutales, numerosos estudios dan cuenta de cómo se transformó la vida a partir del COVID-19 y sus efectos aún son evaluados parcialmente.
La vida nos ha cambiado y la llamada nueva normalidad es una realidad que nos encara a cada momento, es un hecho que, entre muchos rubros, el rescate económico, la recuperación educativa y la estabilidad del componente socioemocional se recuperarán de a poco, ni que decir del deseo de controlar el virus en el mundo.
Y es que la pandemia afectó seriamente todos los niveles educativos en todas las latitudes, los estragos causados son directamente proporcionales a las condiciones de cada país, donde serán estos contextos los que permitan y marquen el ritmo de una reparación que podrá tardar años.
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Recuerdo con viveza aquel marzo de 2020 cuando se cerraron los centros educativos para dar paso a la escuela en casa con las caras de incertidumbre de alumnado y cuerpo docente, la pandemia nos tomó por sorpresa y quienes trabajan en educación a distancia pudieron adaptase más rápido a este esfuerzo que quienes lo hacían de manera presencial.
Al paso del tiempo y del “ensayo y error” en muchos casos se fueron puliendo las formas de trabajo escolar en casa para acercar el conocimiento a millones de estudiantes en todos los niveles, la adaptación tuvo que ser para todos, alumnos, maestros y desde luego el personal directivo y de apoyo.
La pandemia llevó la batuta en el trabajo escolar y mientras muchos no tuvieron acceso a la educación en línea, otros más padecieron estrés tecnológico al pasar gran parte del día pegados a una computadora, celular o tableta.
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Se respira un año nuevo lleno de esperanza, se apuesta a la continuidad en las actividades escolares presenciales pues el regreso a las aulas se pidió a gritos y ahora, esfuerzo y trabajo están concentrados en mitigar el descalabro de saberes que tantos huecos de conocimiento dejó en el estudiantado y cuya reparación llevará su tiempo.
A propósito de la pandemia, se habla de reinventar la educación, con modelos educativos que visualicen una adaptación a los retos que impone el mundo, que el docente haga un replanteamiento metodológico de su enseñanza contemplando el uso de tecnología y entre muchos otros ingredientes que se han puesto sobre la mesa en foros y encuentros, que existan alianzas entre instituciones educativas y organizaciones para enfrentar este tipo de retos.
Que venga un gran año nuevo para todos, mis más sólidos sentimientos de bienestar y paz.
¡Bienvenido 2023!