Los priistas cerrarán el año acentuando cada día más sus diferencias y poniendo en riesgo la viabilidad de su propuesta política con miras a las elecciones del próximo año, cuando se renovarán las gubernaturas de Coahuila y el Estado de México, y más allá, en el 2024, cuando se elegirá presidente de la República y otros cientos de cargos de elección popular.
Y en esta historia de desencuentros, los hidalguenses están entre los principales protagonistas.
Así tenemos que el senador Miguel Ángel Osorio Chong, que está abiertamente confrontado con el presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas y, aunque no lo hace abiertamente, con la secretaria general y diputada federal, Carolina Viggiano Austria, quien apoya al campechano en las decisiones que toma.
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Por otro lado, el exgobernador Omar Fayad Meneses, también mantiene una franca y abierta disputa con los dirigentes nacionales de su partido, luego que le impidieron ser parte de los 601 consejeros políticos nacionales, acusando irregularidades en el proceso, que ahora las instancias electorales han ordenado revisar y corregir.
Estos pleitos y la pérdida del poder ejecutivo estatal en los comicios del pasado 5 de junio, han fracturado al PRI y lo han colocado en riesgo de no ser más opción política para los hidalguenses, en los comicios del próximo año 2024, cuando aquí además de votar por presidente de la República, elegiremos senadores, diputados federales, diputados locales y 84 ayuntamientos, que incluyen presidente municipal, síndicos y regidores.
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A nivel federal, los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD), han acordado ir en alianza con la condición de que en Coahuila y Estado de México, la candidatura la encabece el PRI; pero a nivel federal, será Acción Nacional, el que postule al candidato presidencia de la coalición “Va por México”.
Todo esto ha perdido el PRI por sus disputas internas, por haberse alejado de su militancia y de la ciudadanía, lo que pone al tricolor en una posición difícil y desventajosa con respecto de otros partidos como Morena, que se ha fortalecido paulatinamente y hoy es lo que en su momento fue el PRI, una aplanadora imparable.