Hay días que escribir esta columna no es fácil, hoy es uno de ellos, la muerte de una querida amiga y feminista, siempre trae tristeza, pero también recordar(me) lo importante que es la reivindicación del feminismo y la genealogía feminista.
Las redes de las compañeras en todo el país estuvieron llenas de mensajes sobre la muerte de la Dra. Sandra Peniche Quintal, una médica que nació justo donde se dio el primer congreso feminista en el aguerrido sureste, la Dra. Peniche además de su sabroso sarcasmo puso todos sus conocimientos sobre medicina desde hace 40 años en un estado conservador donde era impensable que se hablará sobre derechos sexuales y reproductivos con este enfoque feminista, fundó en Mérida un hospital al que denominó Servicios Humanitarios en Salud sexual y reproductiva, que es una de las primeras clínicas en Abda Yala donde se atendía el aborto de lo que además hablaba abiertamente en todos los lugares sin tapujos como era ella. Durante estos últimos años los antiderechos decidieron que no solamente irían a rezar afuera de esa clínica en Semana Santa sino todos los días, incluso tuvo una agresión física donde salió con algunas lesiones, también fundó la Unidad de Atención psicológica, sexológica y educativa para el crecimiento personal (UNASE), porque otra de sus causas fue que hubiera respuesta al VIH. Por supuesto el movimiento feminista regional está de luto pero también pidiendo que se reivindique sus causas por eso se está solicitando que se le entregué la primera medalla Elvira Carrillo.
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La conocí cuando fuimos parte de México Posible un partido feminista pero siguió acompañando otros esfuerzos políticos por lograr que las feministas tuviéramos una representación en los congresos locales y federales en el país, había madrugadas de Consejo Político Nacional donde solo era posible que fueran más amenos con sus comentarios mordaces y llenos de verdad. Hay muchas cosas que decir de su trabajo pero, quiero recordarla además de con toda su sabiduría médica, en su casa en Chuburná, comiendo rico y con los abrazos que solía darme, consuelo para Consuelo y sus familiares. Gracias Sandra.
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Mi pecho no es bodega. A 100 días del gobierno del cambio en esa semana hubo 3 feminicidios, seguimos teniendo problemas con el Centro de Justicia para las Mujeres que frente a los cambios han dejado expedientes sin que se les informe a las usuarias que va a pasar con sus casos, la policía violeta (que por cierto ya existía) no da la respuesta necesaria cuando surge una situación de violencia, la Comisión de Atención a Víctimas no hemos logrado localizar donde está ubicada para dar seguimiento a una reciente situación que se presentó. Menos fotos de sus reuniones, más respuestas de lo que hacen, como diría Virginia Despentes: El feminismo es una revolución, no un reordenamiento de consignas de ‘marketing’.