Cocinas económicas, cafeterías y restaurantes son de los establecimientos que han resentido la adversidad económica a lo largo de los meses.
Oyuki Ramos González a principios del año decidió abrir un establecimiento de comida sin imaginar, como muchos otros emprendedores, lo que se avecinaba.
“En febrero inauguro una cocina económica. Iniciamos bien, con buenas ventas, sin embargo, a los 20 días llega la pandemia. A finales de marzo cerramos”.
Una de las alternativas que mantuvo a flote su proyecto fue la venta de comida a domicilio, no obstante, recuperaba únicamente la inversión del día, para continuar el siguiente.
A partir de octubre comenzó a vender tacos de guisado a orillas de carretera, con enseres fiados. Pese a todo les ha ido bien, afirma.
Como cada años desde 2016 se ha dedicado a preparar cenas para navidad y año nuevo, época en que la actividad comenzaba a principios de mes.
“Hace un año, por ejemplo, ya tenía 20 pedidos, ahora solo cinco. Quizá los próximos días pueda tener más”, indica Oyuki Ramos González.
Anteriormente los pedidos eran de más de dos kilos, ahora solo encargan kilo y medio o dos de lomo relleno en adobo o bañado en salsa de mango, spaghetti y ensaladas.
Con la actualización del semáforo epidemiológico quizá tenga la posibilidad de incrementar sus ventas, pues las personas evitarán salir.
“Si los establecimientos deben cerrar nuevamente, las personas preferirán permanecer en casa y comprar comida que les llegue domicilio”.
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