No se cumplen dos meses del cambio de gobierno y ya hay quienes dan muestras de no creerle al gobernador Julio Menchaca Salazar quien advirtió al dar a conocer su gabinete “que no habría segundas oportunidades” y en este breve periodo que se sientan bases para darle forma institucional al Plan Estatal de Desarrollo ha reiterado la obligación de cumplir compromisos y expectativas de en la constitución de un nuevo régimen.
La primera en cometer un desliz fue la secretaria de Desarrollo Social que obedeciendo a su temperamento subió a redes sociales cuales eran sus compromisos, lo que se entendió como invasión de atribuciones del secretario de Gobierno, Guillermo Olivares Reyna, que es el responsable de la política interior que, sin tantos reflectores está cumpliendo con su cometido.
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La reacción fue inmediata y Sandra Simey Olvera Bautista tuvo que bajar el mensaje de sus redes sociales, de las que gusta mucho, lo que mostró como diputada federal produciendo víieos que subió a Instagram e incluso en Tik Tok, mientras presiona a personal que incluso está cerca de la jubilación para que renuncien a su cargo sin importar el nivel o que se afecte la operación de la dependencia.
En la Secretaría de Turismo las cosas no andan mejor, en el reciente viaje a Oaxaca donde Hidalgo recibió la estafeta para la V Edición del Tianguis de Pueblos Mágicos, la secretaria Elizabeth Quintanar Gómez es cuestionada por llevar un familiar a este viaje; se espera que haya sido con recursos propios, lo que no se ha aclarado mientras la estrategia en esta dependencia ha sido bajar de nivel al personal operativo con experiencia.
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No solo en Turismo, también se cuestiona la llamada “sustitución de escuelas”, porque quienes laboraban ahí provenientes del plantel educativo propiedad del exsecretario de Turismo, Eduardo Baños Gómez, están siendo sustituidos por los del Centro Universitario de Estudios Superiores de Gastronomía y Turismo propiedad de Carlos Llaca, director general de Capacitación, Certificación y Asistencia Técnica, que por cierto también viajó a Oaxaca.
Y si bien el mandatario tiene un estilo de conducirse cordial y decente, no por eso deja de ser enérgico y contundente en las decisiones que toma y los yerros iniciales en estas dependencias deben corregirse, lo mismo que las actitudes, porque el bono democrático que otorgó el voto ciudadano en las urnas no puede dilapidarse, el gobernador Julio Menchaca lo sabe y su ultimátum está vigente, quien se equivoque y no cumpla se va a ir.