Como parte de las reflexiones motivadas por la exposición artística realizada en la ex cárcel distrital de Tizayuca, en el marco de la segunda edición del Festival Huitzilihuitl, quisiera compartir algunos puntos de vista que inciten al debate.
Primero, lo peculiar del espacio fue motivo de sensibilidad e inspiración excepcional entre los más de 16 artistas, tanto locales como foráneos, que participaron en la planeación conceptual de la exposición. Ya sea con obras hechas exprofeso para la ocasión o con algunas que eligieron de su portafolios, se logró configurar un espacio creativo en plena libertad en un lugar que estaba destinado para privar a las personas de ella. De esta oposición conceptual surge una potente arista para la creatividad que puede ejemplificarse con un fresco dentro de una celda que representa una pareja (Krysia, “Las delicias del Cereso: El amor en tiempos de cólera”, 2022).
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Segundo, que las condiciones básicas para una vida humana digna no estaban garantizadas en ese espacio y por eso, celebramos que los internos hayan sido trasladados a un auténtico Centro de Readaptación Social. Las historias acerca del hacinamiento, la falta de privacidad y la precariedad de la higiene son suficientes razones para empatizar con quienes, aun purgando justamente una pena, necesitaban un mejor ambiente para siquiera poder pensar en la posibilidad de recomponer alguna vertiente de su vida.
Tercero, que el arte se convierte en el medio idóneo para resignificar espacios. Me refiero a que, en el corto plazo, este espacio que ha significado vergüenza, malestar y dolor, podrá convertirse en un lugar en el que se gesten proyectos, se desplieguen talleres artísticos, se desarrollen ideas alrededor de la libertad y los derechos humanos y en fin, se erige como un punto de reunión y entendimiento entre integrantes de nuestra comunidad. Todo ello para bienestar de los participantes, pero también, de las personas que ahí estuvieron recluidas y sus familias.
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Por último, mencionar que son muy valiosos los resultados que se pueden generar para la sociedad cuando el gobierno local se dispone a trabajar de la mano con el sector artístico. Los apoyos que puedan generarse pueden tener efecto multiplicador en la transformación de las consciencias de nuestras poblaciones. No dejes de visitar la exposición “Tejidos Bioluminiscentes”, que estará abierta en las instalaciones de la ex cárcel municipal de Tizayuca hasta el 19 de noviembre de martes a sábado en horario de 11 a 17 hrs.