Intentar linchar a policía por aprehender a huachicolero de Tulancingo

Un agente de la policía de investigación de la Procuraduría General de Justicia de Hidalgo (PGJEH) resultó gravemente lesionado y se encuentra en terapia intensiva luego de ser agredido por una turba que lo intentó linchar la noche del domingo en la localidad de Santa María Asunción, del municipio de Tulancingo.

De acuerdo a la PGJEH el policía de investigación junto con uno de sus compañeros se presentaron en la localidad para ejecutar una orden de aprehensión contra un presunto “huachicolero“, pero fue impedido por un grupo de supuestos vecinos que, armados con palos, piedras y tubos arremetió contra los agentes.

Tras recibir algunos golpes uno de los policías logró escapar de la turba pero el otro no, el cual fue retenido y agredido por los vecinos que amenazaron con lincharlo.

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Durante la agresión, la patrulla en la que viajaban los policías sufrió algunos daños, confirmó la PGJH.

Mediante un operativo, policías estatales lograron el rescate del agente el cual fue atendido por paramédicos de la Cruz Roja que lo trasladaron al Hospital General de Tulancingo donde permanece en terapia intensiva. El estado de salud del agente es reportado como grave.

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La orden de aprehensión contra un presunto “huachicolero” fue girada por un juez luego de que hace algunos días hubo un aseguramiento de huachicol en la localidad, ubicada en los límites de Tulancingo con Cuautepec de Hinojosa, el cual es tipificado como “huachicolero” ya que por ese lugar hay ductos de Petróleos Mexicanos.

El 6 de octubre de 2018 pobladores de Santa María Asunción, en Tulancingo, Hidalgo, lincharon a tres hombres acusados de robo en una casa habitación. El 27 de septiembre de 2018, cuatro hombres entre ellos un agente de investigación de la PGJEH fueron quemados vivos por pobladores de la cabecera municipal de Metepec, limítrofe con Tulancingo y Cuautepec.

Fueron alentados a perpetrar los linchamientos bajo el argumento de que eran secuestradores, lo cual resultó falso.

Por Juan Ricardo Montoya, corresponsal / La Jornada