Nuestro derecho al aborto

Para las abortistas el 28S es un día de celebración y conmemoración. Sí, ambas cosas pueden coexistir en una misma fecha. En el marco del V Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe, en 1990, se consenso que esta fecha se conocería como el Día por la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe.  Posteriormente, este día se conocería como el Día de Acción Global por el Acceso al Aborto Legal y Seguro, cuyo objetivo es realizar acciones para hablar, concientizar y exigir condiciones y legislaciones para ejercer el derecho al aborto.  

Este año tenemos varias cosas que celebrar en México y América Latina, por enumerar algunas:  

  • Ya son 10 estados que han despenalizado el aborto. Algunos parcialmente hasta la semana 12 o 13 de gestación y otros como Guerrero de forma total para las mujeres y otras personas con capacidad gestante.  
  • La SCJN resolvió otro asunto sobre aborto por violación en el estado de Hidalgo en el que reitero que negar el acceso es una violación a derechos humanos.  
  • Colombia logró la despenalización parcial del aborto hasta la semana 24 de gestación. 
  • Ecuador se reconoció el aborto por violación.

También tenemos muchísimas cosas por exigir y demandar al estado:  

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  • Que en todos los estados del país el sistema nacional de salud de acceso a las causales de aborto que todos los Códigos Penales, todos, contemplan.  
  • Que en los estados donde no hay despenalización, se apruebe mínimo una despenalización parcial a la semana 12 de gestación.  
  • Que en los estados donde ya se despenalizo como Hidalgo, se siga garantizando el acceso universal y gratuito para todas, todes, todos.  Que cada vez haya más personal dando atención, que se tengan los medicamentos e insumos médicos necesarios para proveerlos y que también haya más lugares donde se brinde el servicio. (El objetivo, al menos en nuestra entidad, tiene que ser estar en los 84 municipios).  
  • También en estos estados donde se despenalizo parcialmente, lograr aumentar las semanas para el acceso.  
  • Para todos los estados: eliminar el delito de aborto de todos los Códigos Penales del país.  
  • Y sobre todo mejorar la calidad y calidez del servicio.  
  • De pilón: obtener otro precedente de la SCJN que además de reiterar que no se puede tener pena de prisión para el aborto, lo nombre como un derecho.  

Quizás, para mí, la más importante es seguir trabajando en eliminar el estigma alrededor del aborto. Ese que aún se cuela dentro del movimiento abortista, feminista, de derechos humanos. El mismo que está en las religiones, escuelas, trabajos, servicios. El que ha hecho que las personas que abortamos hayamos tenido tanto miedo de morir y que nos hace juzgar a las personas cuando escuchamos que nos dicen que han tenido más de un aborto.

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Lo que sucedió en Estados Unidos, con el retroceso que la Corte Americana dio a la sentencia de Roe v. Wade, nos ha recordado a las abortistas que los anti derechos nunca bajan la guardia y aunque explicar esto es algo mucho más complejo que no cabe en esta columna; si me ha hecho reflexionar en lo importante que es erradicar el estigma y apropiarnos de nuestro derecho al aborto.  

Aunque la Suprema Corte de Justicia de la Nación, no quiso nombrar al aborto como un derecho y se limitó a reconocerle como parte fundamental del derecho a decidir; nosotras, nosotres y nosotros sabemos que si lo es. Lo es porque es un hecho parte de la vida reproductiva en las mujeres y otras personas con capacidad de gestar, porque es una decisión que tiene que tomarse de forma libre y autónoma. Este derecho se ha transformado en un crimen por la necesidad de seguir un estricto control sobre nuestros cuerpos, que se vincula con el clasismo, el racismo, el capacitismo y otras formas de opresión.  

Pero no podemos seguir bajo esa lógica ni argumentos. El contexto nos exige seguir construyendo un camino que logre algún día una generación que antes de ver al aborto como un crimen, lo perciban como un derecho.  

Celebremos, exijamos y cuestionemos. 

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