COLUMNA CARLOS SEVILLA SOLÓRZANO

Joe Biden, una carrera relevante en política

Evan Osnos es un laureado periodista norteamericano, ganador de premios tan importantes como el Pulitzer y el National Book Award. En varias ocasiones entrevistó a Joe Biden, próximo presidente de Estados Unidos.

Esto le facilitó realizar un libro sobre la vida, carrera y temas relevantes del distinguido demócrata.

El título de su obra es breve pero no menos convincente: Joe Biden, destacado sobre una imagen del personaje.

El texto, además de un bien construido prólogo, se divide en ocho capítulos.

Cuenta el autor que el 12 de febrero de 1988, un hombre de 45 años –blanco, padre de tres hijos- despertó en el piso de su habitación de hotel. Llevaba cinco horas inconsciente. Apenas si podía mover las piernas.

Era Joe Biden

En Delaware, los médicos le encontraron un aneurisma craneal; es decir, el abombamiento de una arteria que irriga el cerebro. Sus posibilidades de sobrevivir eran mínimas y hasta llamó a un sacerdote que le diera la extremaunción

Durante tres meses, entre cirugías y complicaciones adicionales, estuvo postrado en una cama de hospital. Pasaron siete meses antes de que pudiera ponerse de pie y volver al trabajo.

Antes, mucho antes, la madre de su entonces novia (quien después sería su esposa, Neilia Hunter) le preguntó cuáles eran sus aspiraciones profesionales.

“Ser presidente”, contestó Biden, y luego añadió, “de Estados Unidos”.

Se recuerda muy en especial que en un discurso que dio durante la Convención Nacional Demócrata de 2008, declaró: “El fracaso en algún punto de la vida es inevitable, pero darse por vencido es imperdonable”.

Biden lleva cinco décadas siendo un “hombre público”, ocupando un cargo público, dando entrevistas, compartiendo anécdotas. Y Osnos lo describe:

“Tiene 77 años y se ve más delgado que hace seis, aunque no es demasiado notorio. Ha dejado ir su juventud a regañadientes. Su sonrisa ha adquirido una jovialidad tan resplandeciente que hasta inspiró un tuit popular durante la campaña de 2012: “Los dientes de Biden son tan blancos que votarán por Romey”. Su cuero cabelludo se ha repoblado, su frente parece encalmada, y él proyecta el brillo de un abuelo que está volviendo a casa del gimnasio”. Llegó a expresar: ‘Quiero ser el presidente más progresista desde Franklin D Roosevelt’.

“Antes de ser candidato, expresó su frustración hacia la tibia participación de la juventud estadounidense en las elecciones. En 2019 se quejó de que, cuando Donald Trump contendió con Hillary Clinton por la presidencia, ‘se quedaron en casa, no se involucraron’ Después sería más conciliador”.

Apuntaría:” No digo muchas cosas que no haya pensado bien. Sé que eso no parece propio de Joe Biden”.

De su infancia, ha externado por su experiencia al tartamudear. “Hablaba como en clave Morse. Punto-punto-punto-raya-raya-raya.” Escribió: “Era como tener que estar en el rincón con las orejas de burro. Los demás niños me miraban como si fuera un tonto. Se reían”.

Cuando llegó al Senado en 1973, su principal meta era mantenerse ahí. En la revista Washingtonian  se apuntó: “el senador Biden no cree que las cuestiones políticas hagan mucha diferencia en una elección, la personalidad y la presentación son la clave”.

Los retos que enfrentaron el presidente y el vicepresidente los acercó más de lo que muchos habían esperado, empezando por ellos mismos. John Marttila, asesor de Biden, contó:”Joe y Barack almorzaban y Obama le dijo a Biden: “¡Nos estamos haciendo buenos amigos. Me parece sorprendente!” Y Joe le respondió: “A ti te sorprende ¡Joder!”

A su hijo Beau (Joseph Robinette Biden III) le diagnosticaron glioblastoma, agresivo cáncer cerebral. Murió el 30 de mayo de 2015, a los 46 años. Biden escribió en su diario: “Sucedió. Dios mío. Mi niño. Mi hermoso niño”.

Sobre quejas que se filtraron de algunas mujeres por un trato “más que afectivo”, el político repuso: “Jamás, ni una sola vez, he actuado de una forma que considere inapropiada. Pero, si alguien más lo ve así, la escucharé con absoluto respeto. Jamás ha sido mi intención incomodar”.

“La gente me pregunta qué haré si me eligen” y contestó su propia pregunta: “Depende de lo que tenga a la mano. Y no es broma. No estoy tratando de hacerme el listo. Las cosas podrían ponerse mucho peor”, agregó.

El periodista hace apunte del Covid19

“Con la llegada del otoño, la pandemia siguió expandiéndose sin piedad. Estados Unidos continuó con el peor desempeño del mundo, con más de seis millones de casos y una velocidad de transmisión que apenas si se ralentizaba”.

“En estas circunstancias, la campaña de Biden se preparaba para una transición distinta a cualquier otra, empezando por la posibilidad de una ceremonia inaugural con distanciamiento”.

Mike Donilon, quien ha fungido como asesor de forma intermitente durante tres décadas dijo que Joe Biden rechaza el argumento convencional de que la brecha entre republicanos y demócratas se ha ampliado tanto que ni siquiera es posible tener negociaciones básicas.

Textual declaró:

“Aunque sintamos que estamos en campos separados, no es la forma en la que él abordaría la presidencia. Intentaría trabajar con el equipo contrario. Intentaría escuchar. No empiezas diciendo no confío en tal persona. No tengo nada en común con ella”.

Termina Evan Osnos.

“La vida de Joe Biden ha estado repleta de errores, arrepentimientos y pérdidas personales devastadoras. Y, en caso de llegar a la presidencia, sería improbable que de sus labios saliera aquella retórica exaltada que le llega a la nación al alma. Sin embargo, lo que sí podría ofrecerle a un pueblo que está de luto es algo parecido al consuelo, un lenguaje para sanar”.

De Editorial Planeta, S. A. de C.V. La primera edición es de noviembre de este 2020.


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