Los últimos actos de gobierno de Omar Fayad se relacionaron con la salud: la inauguración del Hospital de Salud de Zimapán, del Laboratorio Estatal de Salud Pública, del Hospital Materno Infantil y de las nuevas instalaciones del Hospital General de Pachuca.
Las imágenes (grotescas) de él siendo elevado por los aires en manos de sus simpatizantes recorrieron las redes sociales. Todo esto ocurrió el 4 de septiembre. Ocho días más tarde, la nueva secretaria de Salud anunció que el Hospital General de Pachuca aún no entraría en funciones porque tiene irregularidades. No tengo palabras para expresar mi indignación.
En Hidalgo, la salud es una promesa de campaña, pero que a la hora de llegar al poder se deja de lado. Pero a la política se le olvida que la salud no es solo palabras vacías, es un derecho humano y que utilizarla como medio de campaña política/partidista y no cumplirla, además de estar violando sus funciones constitucionales, es un acto ruin.
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Las violaciones al derecho a la salud tienen impactos brutales a personas, familias y sociedad. Hace algunos años tuve la oportunidad de acompañar a dos familias que sufrirán los estragos de la muerte materna. Desde GIRE dimos una batalla por que la Secretaría de Salud asumiera las responsabilidades estatales que le correspondían.
Hortencia (2012) y Mireya (2015) murieron por causas totalmente prevenibles. Fueron atendidas en el viejo Hospital Obstétrico de Pachuca y luego referidas al Hospital General de Pachuca, donde ya no había nada más que hacer.
A ambas se les reconocieron (a medias) las violaciones a derechos humanos. La recomendación de Hortencia del año 2013 era tan deficiente que no contemplaba como víctimas indirectas a sus hijos y la de Mireya no quería utilizar términos como violencia obstétrica para nombrar lo que sucedió.
Sin embargo, en la recomendación de Mireya (CDHEH-VG-007-15) se hizo una recopilación de las tres recomendaciones que ya tenía el Hospital Obstétrico para recomendar a la Secretaría de Salud una serie de adecuaciones necesarias que se necesitaban para que en este hospital no se volvieran a repetir estos hechos, como, por ejemplo: tener una unidad de terapia intensiva y un banco de sangre.
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Quiero creer que sus historias ayudaron a tomar la decisión de construir un Hospital Materno Infantil en Pachuca, porque durante años la Secretaría de Salud se negó a cumplir esa parte de la recomendación. Sin embargo, quedó en evidencia que la salud materna no era la prioridad del gobierno, cuando al inicio de la pandemia se decidió no inaugurar este hospital y dejarlo como unidad Covid.
Antes de que usted se adelante y me llame insensible, déjeme explicar. Hay muchas investigaciones que evidenciaron que ante una situación sin precedentes como la que vivimos el estado usó todas sus herramientas para atenderla, pero fue a costa se otros procesos de salud igual de importantes, como la salud materna. Esto dejó una lección al estado en general para seguir preparándose para atender eventos de esta magnitud, sin que eso implique un impacto a otros hechos de salud. La salud materna, la erradicación de la muerte materna tiene que ser un eje central de la agenda de salud y tan no sucedió que los índices nacionales, que ya iban a la baja, volvieron a subir.
El reto que tiene la nueva administración es grande: continuar con el acceso al aborto, erradicar la violencia obstétrica y la muerte materna, mejorar las instalaciones de salud en todo el estado. Ojalá den resultados y no solo se tomen la fotografía para después dejar dinero tirado e infraestructuras vacías.
Posdata:
- Qué vergüenza el silencio de la sociedad civil de Hidalgo, ustedes también son cómplices y no olvidaremos.
- No, no hay Comisionadx de Víctimas aún.