Parecía un lunes cualquiera con su rutina: llevar a los niños a la escuela, ir al trabajo, aunque ayer en Hidalgo comenzó una historia distinta.
Pero el movimiento en la Plaza Juárez de Pachuca era diferente a cualquier inicio de semana; había un ambiente festivo y las calles cerradas que rodeaban la explanada mantenían entre conductores del servicio público y privado cierta incertidumbre.
No faltó el puesto de gorditas, de agua, o de quien vende artículos propios de la 4T como peluches de Andrés Manuel López Obrador, playeras y banderas del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que coincidían con la nueva fachada del edificio gubernamental que ayer recibió a un nuevo gobernador emanado del hartazgo social.
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Abundaban los elementos de la policía municipal, estatal y el Ejército, que auguraban la llegada de servidores públicos del estado, pero también de funcionarios federales, como del secretario de Gobernación, Adán Augusto López, quien prefirió evitar a los medios de comunicación, pero que accedió a tomarse fotos con quien se lo solicitó.
Entre las calles, a pie transitaban funcionarios bien peinados y ciudadanos que querían ser parte de este evento que pintaba para ser multitudinario.
Los arcos de seguridad y el personal que aplicaba gel fueron insuficientes para la cantidad de personas que a las 10 de la mañana ya ocupaban 60 por ciento de la Plaza Juárez.
Mientras que en los dos templetes para el área de prensa ya no cabía un alfiler, según advertía el área de comunicación del Gobernador.
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La sesión solemne comenzó y, mientras pasaban lista, un evidentemente molesto y apresurado Alejandro Enciso llegó a ocupar su curul como vicepresidente de la mesa de septiembre, apenas un par de días después de haberse reincorporado como diputado propietario.
Tras dar un receso para que la comisión designada fuera por el gobernante de los próximos seis años salió sonriente el también senador con licencia por Morena.
Al grito de ¡sí se pudo! recibieron al nuevo mandatario Julio Menchaca, quien, acostumbrado a saludar a cientos de personas durante su campaña, se acercó a la valla para recibir el aplauso, las sonrisas y los gritos entusiasmados de quienes se arremolinaban para ver al que llevará las riendas de la entidad.
Lo acompañaba el exgobernador Omar Fayad Meneses con algunos de sus colaboradores.
Cerca de las 12:00 horas rindió protesta y comenzó su mensaje, no sin antes saludar a las y los asistentes, como Claudia Sheinbaum, Olga Sánchez Cordero y Marcelo Ebrard, quienes recibieron aplausos potentes. Mientras que el más abucheado fue el exgobernador Francisco Olvera Ruiz, para quien lanzaron un ¡Fuera PRI!
Momentos más tarde, el último gobernador en más de 90 años de administraciones priistas fue despedido con un “¡Omar, entregas y te vas!”.
La salida fue muy alejada de lo que el equipo de logística hubiera deseado, cientos de personas buscaron una “selfie” con el gobernador constitucional, lo que provocó que el mandatario tardara unos 40 minutos en recorrer desde el templete al Palacio de Gobierno.
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