“La Cuarta Transformación: el proyecto que nace”
Hace unos días me encontraba entre amigos compartiendo reflexiones acerca de la historia de la izquierda en México en el siglo XX. Podría sintetizar diciendo que la izquierda, representada por Francisco Villa y, más claramente, Emiliano Zapata, fue rebasada por los vencedores de la Revolución Mexicana como Venustiano Carranza y Álvaro Obregón. Desde entonces, con el mango de la sartén en manos de algunos conservadores, en vaivenes entre el socialismo, la guerrilla y la ruta electoral, la izquierda fue perseguida y muchos de sus líderes asesinados por un régimen que tan solo en el sexenio de Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, liquidó a más de 500 militantes perredistas.
La izquierda, entonces, como ideología que promueve una línea de acción gubernamental contraria en muchos aspectos al neoliberalismo, persistió de manera atomizada y poco organizada a lo largo del país. Para muchos quienes, desde esta perspectiva, no habían tenido más remedio que acudir a la clandestinidad durante décadas, fue una sorpresa que el proyecto político de izquierda llegara en 2018 al poder nacional por la vía electoral.
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Andrés Manuel López Obrador, el lider que encabezó dicha victoria, comparte a manera de anécdota cómo en una de sus giras, un hombre le habló de la necesidad de hacer cumplir un principio fundamental: separar el poder político del poder económico en México. Nada más preciso para revertir el centro del modelo neoliberal en nuestro país, gracias al cual las élites empresariales habían tomado el control de las decisiones políticas durante décadas.
El programa de acción liderado por AMLO reconoce la responsabilidad del Estado como repartidor de la riqueza: “por el bien de todos, primero los pobres”. En lo fiscal, se inclina por una política de combate a la corrupción: que paguen impuestos las grandes empresas sin excepción. En lo económico, promueve los grandes proyectos de infraestructura, la búsqueda de la soberanía energética, el incremento al salario mínimo, así como la inyección de recursos para el consumo por medio de los programas sociales de transferencia directa. En lo moral, combate el egoísmo individual y promueve la fraternidad universal. En lo social, privilegia la construcción de una cultura de paz sobre el uso de la violencia para resolver los conflictos y atender la criminalidad.
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El proyecto nacional de la cuarta transformación; sin embargo, no es uno acabado y no puede depender de un solo hombre o de una sola mujer, pues sería insostenible. Requiere del desarrollo de un discurso coherente, del análisis de los intelectuales para caracterizarlo, de grupos de pensamiento que lo entiendan y promuevan y de medios de comunicación libres que lo difundan. Al contrario del modelo neoliberal en el que sucedió todo esto para proteger los intereses de los dueños de las empresas; es necesario que tales tareas se realicen desde la convicción y militancia de las masas populares y las clases medias que durante las últimas décadas se vieron profundamente afectadas por la pobreza y la desigualdad provocadas por el modelo anterior.
En otras palabras, la consolidación del programa político de izquierda que alcanzó el poder por la vía electoral dando inicio con ello a la Cuarta Transformación, dependerá de la clase trabajadora libre, consiente y organizada y de los cuadros políticos que la representen y defiendan. Así, podremos blindarla de protagonistas que, como en el siglo XX, con una mano arenguen en favor de la revolución y con la otra, le den palo a quienes la promueven.
¿Cuál es tu papel en la historia?