La organización y planificación del tiempo en el estudio es por demás importante, son elementos clave para alcanzar los objetivos académicos.
Un estudiante tiene la ventaja de que dispone de mucha libertad para organizar sus tiempos, aun cuando los centros educativos manejan horarios, de manera posterior el alumno puede gestionar el tiempo que le dedica al estudio.
El apunte de la semana va dedicado a una práctica que, aunque se utiliza para incrementar el rendimiento laboral, también es ampliamente recomendada para el ámbito educativo, y me refiero a la Técnica Pomodoro, famosa y conocida por su relación con los tomates de cocina.
En términos simples la Técnica Pomodoro consiste en mejorar la administración del tiempo dedicada a una actividad, aparece en la década de los 80 y su creador relata que siendo estudiante universitario, notó su distracción y que no utilizaba su tiempo de estudio de manera eficiente, entonces tomó un temporizador de cocina en forma de tomate (de ahí el nombre, pomodoro significa tomate en italiano) y comenzó a ajustar intervalos de tiempo para concentrarse y descansar.
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De este modo, comenzó por pactar 10 minutos para el trabajo fuerte y posterior a esto 10 minutos para el descanso total, fue depurando los tiempos y con más pruebas y ajustes se alcanzaron los 25 minutos para la actividad por 5 de descanso.
En este sentido, durante los 25 minutos solo se debe pensar en una misma tarea y concentrarse en alcanzar el objetivo, posterior a ello vendrán los 5 minutos de distracción o descanso. Cuando se hayan completado 4 pomodoros, se podrá tomar un descanso más largo de 15 o 20 minutos; una vez terminada la tarea se puede pasar a la siguiente, pero ojo, lo importante es no mezclarlas.
Los defensores de la esta técnica, refieren que la lista de beneficios es larga, como lograr incremento de productividad, control del tiempo, disminución de distractores, reducción de fatiga mental, incremento de motivación, mejora de la planificación, es una herramienta de organización y gestión de tiempo que hace más llevadera la tarea que tenemos entre manos.
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Para incluir la Técnica Pomodoro en el estudio es necesario contar con una lista de tareas y lograr una desconexión de los distractores como el celular, dispositivos electrónicos, entre otros, y con esto, poder dedicar los 25 minutos de lleno a una actividad.
Esta práctica es recomendada para materias densas o teóricas que requieren de mucho tiempo de estudio, por el contrario, no se recomienda para materias o actividades donde la creatividad sea la materia prima.
Por su parte los detractores de la técnica refieren que siendo estudiante si puedes destinar 25 minutos continuos para una actividad, pero en el trabajo no siempre puede ser así; igualmente se señala que hay tareas que no se pueden atender en 25 minutos; que después de un descanso no es fácil reincorporarse; no es una técnica para el trabajo en equipo, es individual, y además es inflexible porque se debe respetar la estructura original de los tiempos.
La técnica del tomate se ha popularizado al grado de que su uso se puede realizar por internet con apps, aplicaciones web y extensiones de Google Chrome.