En el siglo XXI es impensable seguir preparando a los universitarios con la visión del siglo XIX. La realidad que vivimos, los avances tecnológicos y la nueva normalidad hacen necesaria, y obligatoria, una transformación de las políticas públicas educativas de educación superior.
Considero que para lograr que nuestra entidad alcance su principal potencial, es imperante un cambio de visión en las líneas de acción de las universidades públicas de Hidalgo. Si en el pasado inmediato el objetivo fue la expansión de la oferta educativa, en el futuro presente deberá de ser la calidad educativa el objetivo. Acciones como la consolidación de cuerpos académicos, redes de investigación acordes a las vocaciones productivas, carreras certificadas, profesores dentro del Sistema Nacional de Investigadores, el desarrollo de proyectos de investigación que se generen en patentes, creación de empresas de base tecnológica, impulso a emprendimientos que solucionen problemas de la vida real y sean acordes a la cuarta revolución industrial, deberán de ser no un discurso de trabajo en proceso, sino un muestrario de acciones tangibles en una economía basada en el conocimiento.
Sigue leyendo: La nueva Ley de Educación Superior del Estado de Hidalgo
Christian Ivam Mendoza escribió en un artículo del Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación del Tecnológico de Monterrey, que “la brecha de habilidades entre nuestras capacidades actuales y las capacidades que necesitamos para enfrentar la cuarta revolución industrial (4RI) influye en la dirección hacia donde la educación superior debe evolucionar. Se dice que los futuros profesionistas tendrán largas carreras dedicadas para desarrollarse hasta en 20 trabajos distintos. Frente a este escenario, Suzanne Fortier, presidenta de McGill University, planteó los siguientes retos que la educación superior debe atender: 1. Preparar a los estudiantes para renovar sus habilidades cada 3 a 5 años. 2. Preparar a los estudiantes para estar listos para el empleo (visión de corto plazo) 3. Preparar a los estudiantes para estar listos para el futuro (visión a largo plazo)”. Esto significa que, ante la posibilidad de un nuevo rumbo gubernamental, en el dintel de un cambio de régimen político e ideológico, es trascendental trazar líneas orientadas a lo que ya es el presente de la educación superior en el planeta.
También lee: La apuesta es la Educación Media Superior
Por lo tanto, desde una visión muy conservadora, en Hidalgo, hoy tenemos la oportunidad histórica e irrepetible de hacer una reingeniería administrativa que, por ejemplo, logre la sinergia con el Gobierno Federal para hacer más eficientes los recursos, identificando quién ya es beneficiario del recurso federal y orientando las becas estatales a quienes más las necesitan; trasladar al Consejo de Ciencia, Tecnología e Innovación de Hidalgo donde debiera de ser su génesis, que es la Secretaría de Educación Pública; fortalecer la enseñanza del idioma inglés para que los alumnos de Educación Media Superior egresen con un nivel B2 y con esto, alcanzar que la red de universidades públicas de Hidalgo sean instituciones BIS. Aprovechar la capacidad instalada de la Ciudad del Conocimiento para crear un polo tecnológico que potencie a las instituciones que ahí se asientan y atraiga otros centros de investigación y desarrollo, etcétera. Éstas y muchas otras posibilidades están ahí, latentes.