“Ante Dios, todos somos igualmente sabios e igualmente insensatos”.
Albert Einstein
Pese al esfuerzo para hacer más visible las desigualdades entre hombres y mujeres, aún hay quien duda de la existencia de la brecha de género; todavía hay personas que consideran que el nivel de participación, el acceso a oportunidades, la remuneración económica y los beneficios, se dan de forma equitativa e incluso hay quienes consideran que en ocasiones son las mujeres las que tienen más beneficios.
Han existido avances, claro que la desigualdad se ha acortado y ha sido gracias a los esfuerzos de mujeres con interés de un cambio de paradigma; sin embargo, tenemos que reconocer que en muchas ocasiones la empatía no ha llegado a nuestro campo de visión, hemos criticado, actuado con base en micro-machismos adquiridos durante años, e incluso hemos socavado la autoestima y la confianza de muchas de ellas al criticar su personalidad o sus opciones para vestir.
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La brecha de género no solo hace referencia a la independencia económica que deben tener las mujeres o la equidad al momento de elegir basándonos no solo en las aptitudes y capacidades, sino que además implica abordar temas como la violencia, las agresiones, la constante crueldad, la discriminación y el techo de cristal.
Es así que el pasado 12 de julio el Foro Económico Mundial publicó su Informe global sobre la brecha de género de 2022 en el cualse menciona que desafortunadamente se necesitarán 132 años para alcanzar la paridad de género, ya que solo se ha cerrado el 68% de la brecha de género; y aunque se trata de una ligera mejora con respecto al año pasado, también significa que se han aumentado tres décadas más que lo que se había previsto en 2020, antes de los impactos del COVID-19.
Islandia encabeza la lista, ha cerrado más del 90% de su brecha de género y logra obtener el número uno por duodécimo año consecutivo, de un total de 146 economías; le siguen, Finlandia, Noruega, Nueva Zelanda y Suecia, cerrando así el top 5.
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Nuestro país entra en este conteo, en la edición de este año nos posicionamos en el lugar 31 de 146 y en comparación con el año pasado, se avanzaron tres posiciones; el puntaje ha mejorado en rubros como: educación y salud, aunque aún hay temas importantes que abordar en espacios como la política y la economía.
Incluso el Instituto Mexicano para la Competitividad afirma que el mayor desafío para las mujeres en México es la igualdad de oportunidades y su participación económica. Esto responde principalmente a la brecha salarial, pues en promedio, por cada 100 pesos que percibe mensualmente un hombre, una mujer gana 86 pesos.
La situación de la brecha de género es un tema mundial, y es necesario que siga estando dentro de la agenda día con día; ya no se debe estigmatizar a la reducción de la brecha como una “guerra de géneros”; hoy es más necesario que nunca continuar trabajando en hacer visibles las realidades que parecieran invisibles, las prácticas discriminatorias, el acoso y abuso sexual y los estereotipos; solo quizá por mencionar los temas más graves.
Pero además se debe entender que las empresas y sectores más equitativos son mucho más productivos, creativos y resilientes, porque lo único que han solicitado desde hace décadas ha sido un trato justo, basado en su inteligencia y capacidad.
*Analista en temas de seguridad, justicia, política, religión y educación.
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