Más de 60 mil trabajadores activos y jubilados de Teléfonos de México (Telmex) estallaron la huelga en punto de las 12 horas de este jueves y colocaron banderas rojinegras en las instalaciones de esta empresa a nivel nacional, después de 42 años de no ejercer este derecho laboral.
Pese al movimiento huelguístico –el primero después de la privatización de Telmex en 1990-, el servicio que ofrece la compañía de telecomunicaciones no se suspenderá y “no habrá muchas afectaciones, ya que la mayoría de los servicios están automatizados”, indicaron trabajadores entrevistados.
Previo al estallamiento, el Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM) prorrogó en 39 ocasiones la huelga durante dos años y medio de negociaciones con Telmex.
Hace dos días la Asamblea Nacional de Representantes votó el estallamiento y ayer esta decisión fue ratificada mediante voto personal, libre, directo y secreto por los trabajadores.
Los telefonistas denuncian que la empresa ha incumplido con la cobertura de mil 942 vacantes pactadas y violaciones al contrato colectivo de trabajo (CCT), que son los dos emplazamientos del estallamiento.
Detrás de la huelga también está el planteamiento de la empresa referente al “pasivo laboral”, que incluye eliminar la cláusula 149 del CCT, referente a los trabajadores de nuevo ingreso, quienes sólo tendrían como opción una Afore para su jubilación y no el régimen de pensión vigente.
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Los trabajadores también rechazan el plan accionario propuesto por Telmex con el que pretende capitalizarse a cambio de las pensiones de los trabajadores. Es decir, que al menos 57 mil trabajadores activos y jubilados cedan parte de su pensión por acciones bursátiles, las cuales “no tienen valor porque Telmex no cotiza en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) desde 2011, apuntó Cristina Zaragoza, de la Red Nacional de Telefonistas.
Las últimas huelgas estalladas ocurrieron en 1978, 1979 y la de abril de 1980, que fue “la última real y efectiva”, indicó Benito Méndez, de Telefonistas Construyendo Democracia.
La huelga de 1985 se le denominó “de derecho”, es decir, se colocaron banderas rojinegras, pero los telefonistas continuaron laborando, “eso no es huelga”, subrayó el ex integrante del comité de huelga de esos años.
El pasado 22 de junio, el STRM y Telmex acordaron un aumento salarial diferenciado para el personal activo y jubilado.
El incremento fue de 4.5 por ciento para el personal con ingresos menores a mil 122.22 pesos diarios, y para los trabajadores que superen este umbral, el convenio establece un incremento salarial de 50.50 pesos diarios.
En mayo pasado, a solicitud de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), el sindicato de telefonistas determinó prorrogar una vez más la huelga que estaba programada para el 7 de junio.
Este jueves, cerca de las 14:00 horas, la STPS informó que se mantiene una mesa de diálogo entre el STRM y Telmex. Con la mediación de esta dependencia, aseguró en redes sociales, se está trabajando en un acuerdo, “confiamos en que se llegará a una solución en las próximas horas”.
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Telmex continuará negociaciones con sindicato
Teléfonos de México (Telmex) anunció que seguirá las negociaciones con el Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM) para alcanzar un acuerdo que permita “la viabilidad financiera de la empresa”, al tiempo que seguirá operando todos sus servicios dado que la red opera de manera autónoma.
“Telmex garantiza la calidad y continuidad de todos sus servicios de telecomunicaciones gracias a su tecnología de última generación, que le permite contar con una red que opera de manera autónoma”, detalló la firma.
Esto luego de que el STRM iniciara una huelga a mediodía, tras fallidas negociaciones con la empresa. Entre las peticiones de los trabajadores se encuentran una serie de plazas en México, así como la garantía en los planes de retiro.
Telmex sostiene que lo planteado por los trabajadores no permite la viabilidad financiera de la empresa. No obstante, “mantiene una relación de respeto con su planta laboral y continúa las negociaciones con la representación sindical para alcanzar un acuerdo”.
Por Dora Villanueva, Jared Laureles y Néstor Jiménez/La Jornada