Como cada año, el día de mañana, 15 de julio, la Organización de las Naciones Unidas conmemora el Día mundial de las habilidades de la juventud, evento que en un momento tan desafiante como el que atravesamos, nos permite abordar nuevamente el tema y a la vez plantearnos algunas preguntas: ¿realmente se ha estado escuchando a este grupo?, ¿cuáles son sus inquietudes y dudas? y ¿de qué forma podemos apoyarlos y alentarlos?, entre otras muchas otras.
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Desafortunadamente, pese a que son un sector importante y numeroso no solo en nuestro país sino en el mundo entero, aún no han sido tan tomados en cuenta como ellos desearían, sobre todo en el ámbito laboral, y es que de acuerdo a datos de la institución antes mencionada la juventud tiene casi el triple de probabilidades de estar desempleados y realizar trabajos de baja calidad, enfrentarse a desigualdades en el mercado laboral y vivir inseguridad ante la transición de la escuela a un puesto de trabajo; además, mencionan que en estimaciones recientes se tendrían que crear 600 millones de puestos de trabajo en los próximos 15 años para satisfacer las necesidades de empleo requeridas.
Aun cuando lo anterior podría ser considerado como una tendencia mundial, también hay que reconocer que con el paso de los años la juventud ha empezado a marcar notables diferencias en muchos de los ámbitos, sobre todo en temas relacionados con la igualdad y equidad de género, la ciencia y la tecnología; es así que jóvenes como Sergey Brin y Larry Page, fundadores del sitio de búsquedas Google; Mark Zuckerberg, creador de Facebook; Yang Huiyan, empresaria inmobiliaria o Anna Gurguí, inventora de la aplicación Bookish; han sido un parteaguas en el inicio de la revolución de modelos y arquetipos.
Es así que, de acuerdo a la Fundación Internacional de Jóvenes Líderes las problemáticas de pobreza, salud, medio ambiente, negocios, y liderazgo, requieren soluciones novedosas implementadas creativamente, pero sobre todo que los jóvenes proyecten su voz y salgan al mundo a ser escuchados.
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Afortunadamente, en la otra cara de la moneada tenemos que reconocer que muchas organizaciones han comenzado a notar y a aprovechar el potencial de los jóvenes, y es que los llamados millennials y centennials quienes ahora conforman una parte importante de la fuerza laboral en los países, se han convertido en líderes que buscan un cambio en el ritmo mundial tanto social, político, educacional y económico.
Es así que las empresas y la sociedad en general han entendido que si no se renuevan y que si no actualizan la voz con la que se han comunicado al mundo, quedarán en el pasado; pero además, la propia juventud ha comenzado a enfocarse en el desarrollo de soft skills, tales como: la comunicación, la colaboración, la productividad, la resolución de problemas y el dominio de idiomas; lo que ha impulsado un cambio en los paradigmas y un rediseño de los modelos educativos.
No solo mañana sino de forma constante, tenemos que re plantearnos las acciones aplicadas hasta el momento, renovar nuestra esperanza en sus habilidades y contrario a lo que podríamos pensar aprender de su capacidad de resiliencia, de su creatividad y de su compromiso con las causas sociales. Si trabajamos juntos disminuiremos el miedo al futuro lo que nos permitirá avanzar como sociedad y mirar con fe y esperanza el mañana.
*Analista en temas de seguridad, justicia, política, religión y educación.
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