La presencia de Santiago Nieto Castillo ex titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) como asesor del proceso entrega – recepción, tiene doble lectura, aunque tal vez la única intención sea darle mayor transparencia a este requisito que cuenta con el acuerdo y disposición de los dos gobernadores, en el entendido que no es solo un cambio de gobierno, es la alternancia y el establecimiento de un nuevo régimen.
Si bien es un trámite eminentemente técnico en el que la experiencia de Nieto Castillo será importante para darle mayor confiabilidad y certeza a la ciudadanía sobre esta nueva etapa, también tendrá un peso político específico porque de transitar sin sobresaltos el mejor calificado será el gobernador saliente Omar Fayad Meneses y quien habrá de asumir el Poder Ejecutivo el 5 de septiembre tendrá bases para aplicar su proyecto de gobierno.
También lee: Expectación por el relevo
En medio de todo esto, no se puede olvidar que fue Santiago Nieto quien desde la UIF armó el caso contra Gerardo Sosa Castelán y la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) que llevó a congelar 200 cuentas bancarias de la institución y con ellas los 151 millones de dólares, lo que finalmente llevó al jefe del Clan Universitario a enfrentar un proceso penal por el desvío de 58 millones de pesos.
Recién descongelaron los 151 millones de dólares luego de tres años, en que Gerardo Sosa como presidente del Patronato Universitario emprendió una férrea defensa utilizando la bandera de la autonomía universitaria y llegó a pedir la destitución de Santiago Nieto y acusó al entonces subsecretario y luego secretario de Hacienda Arturo Herrera Gutiérrez.
Sigue leyendo: Santiago Nieto asegura que «está limpio» de enriquecimiento ilícito
El Clan Universitario fingió apoyar a Julio Menchaca y solo aumento 10 mil votos al Partido del Trabajo (PT) para mantener prerrogativas a su franquicia, pero si Gerardo Sosa es fiel a su naturaleza, buscará retar al gobernador, más cuando tiene posiciones en los congresos federal y estatal, para sacar provecho económico y político, pero debe andar con pies de plomo, porque no hay condiciones para el chantaje ni la presión.