José Jesús Hernández, promotor incansable de la cultura otomí

Una historia de enseñanza y lucha por la cultura y la lengua hñähñu es la que comparte para La Jornada Hidalgo José Jesús Hernández Moreno, profesor rural y fundador del Colectivo Arte y Cultura Otomí ARCO.

Originario del Déxtho de Victoria, del municipio de San Salvador, José Jesús estudió en la Escuela Normal del Mexe con una especialidad en la Escuela Superior de Hidalgo.

“Éramos una familia muy pobre, muchas veces no teníamos para comer y mi padre era muy desobligado, así que mi necesidad y única opción era ir a un internado para sobrevivir, entonces la Mexe era una buena opción para desarrollarme como profesor”, recuerda.

Así comenzó a forjarse una trayectoria de más de 30 años en las aulas de clases, jubilándose en 2003 para iniciar una etapa que lo acercaría a las letras y otras expresiones del arte y cultura.

“A partir de un accidente automovilístico que sufrí en 1990 quedé discapacitado, si bien continué como docente por 13 años más, ya jubilado, en 2005, por invitación de mi esposa, comencé a escribir sobre la vida, mis emociones y vivencias como una forma de catarsis hasta completar un libro”.

El texto Quince uñas y otras historias, desarrollado artesanalmente, le permitiría acercarse a los centros culturales y casas de cultura de San Salvador, interviniendo ya de forma activa en la dinámica artística de su localidad.

“Yo nunca había escrito, pero inicié relatando las historias de mi gente, vivencias de vecinos y paisanos, y a través de la literatura y la música comencé a participar en foros municipales, estatales y nacionales para hablar también sobre la cultura de los otomíes”.

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Colectivo de Arte y Cultura Otomí

Al contar con una pequeña construcción en su comunidad, José Jesús y su esposa, Benancia Cruz Domínguez, comenzaron a planificar reuniones con amigos para hablar de poesía y música en lengua hñähñu, espacio con el que se originaría el Colectivo de Arte y Cultura Otomí ARCO.

“Este lugar se ha vuelto un centro cultural para la comunidad en donde cada año, en octubre, llevamos a cabo el Festival Cultural de Hñähñu, completamente en lengua originaria, que ya lleva siete ediciones, y también construimos un foro en el Déxtho de Victoria en el que realizan actividades culturales en ambos idiomas”.

Desde su concepción, ARCO ha tenido como objetivo preservar y revitalizar la lengua de los antiguos otomíes a través de festivales, servicios de temazcales, exposiciones, la creación de murales.

“Este emprendimiento ha sido una gran lucha, ya que hemos solicitado apoyos para llevar a cabo los festivales, pero sin gran éxito. Aplicamos para ser beneficiados de beca, sin embargo, no siempre se logran.

“En general no hay apoyo al desarrollo cultural, desde la independencia tratamos hacer posible los encuentros, para generar colaboraciones, sumar esfuerzos que permitan compartir sobre la etnia otomí, su lengua, los cuentos, cantos, tradiciones y el arte de hablantes originarios”.

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Satisfacciones

Hernández Moreno afirma que con cada logro en pro de la cultura la satisfacción se vuelve más personal, recordando algunos momentos que marcaron de forma importante su historia como gestor y promotor cultural.

“Puedo compartir el gusto que nos dio estar en la Universidad de Hidalgo, en el Zócalo de la Ciudad de México durante el Festival de Pueblos Indígenas; en la Feria de Michoacán; en Chilpancingo, en Papantla, Veracruz, y compartir en cada lugar que los otomíes viven y vivirán siempre, siempre que se conserve nuestra lengua”.

Compartió que los siguientes meses continuará con la producción de libros sobre los otomíes, los diccionarios de español-otomí, así como la programación de los festivales para el rescate de la lengua y cultura Otomí.

“Esperamos que la gente se interese por nuestros festivales y que cada vez más lleguen personas de todas partes del Hidalgo y otros estados para impulsar un intercambio cultural. Ya tenemos lista la programación con invitación a especialistas, músicos y artistas de Tabasco y Veracruz, durante el mes de octubre”.

“Comencé a escribir sobre la vida, mis emociones y vivencias como una forma de catarsis hasta completar un libro”