En las investigaciones por corrupción el Poder Ejecutivo no se mete, corresponde a la Fiscalía General de la República y a otras instancias la indagatoria, planteó esta mañana el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En su conferencia matutina de este miércoles, y a pregunta sobre una indagatoria contra políticos panistas, el mandatario federal dijo desconocer ese asunto y remarcó que parte de la transformación que impulsa su gobierno es erradicar la injerencia del Ejecutivo en investigaciones judiciales.
“Cuando se trata de asuntos de Estado, por ejemplo, esto mismo del asesinato de los sacerdotes (jesuitas, en Chihuahua), si es necesaria la cooperación de la Fiscalía, del Poder Judicial, les hablo y les pido que nos ayuden. En el caso de Ayotzinapa (la desaparición de los 43 normalistas) estamos trabajando conjuntamente, la Fiscalía (General de la República) y el Poder Judicial, pero son casos muy excepcionales, en los de corrupción no nos metemos”.
Ejemplificó que en el caso de la Unidad de Inteligencia Financiera, dependiente de la Secretaría de Hacienda, la instrucción es que trabaje con la FGR. E inclusive destacó los dos distintos estilos del ex titular de esa instancia, Santiago Nieto; y el actual encargado, Pablo Gómez.
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Nieto informaba; Gómez, no
“Cuando estaba en la oficina de investigación financiera Santiago Nieto, me informaba con más frecuencia sobre asuntos de esa oficina, pedía hablar conmigo, me llevaba expedientes, siempre la instrucción era: ‘a la Fiscalía’. Pablo Gómez ya no hace eso, tiene otro estilo, tiene otra forma y como respeto mucho a Pablo y lo considero una gente honesta, sé que hace su trabajo y no necesariamente me va a estar informando. Eso es importante que se conozca, porque sí hubo un cambio de estilo, los dos muy buenos, Santiago y Pablo, pero con estilos distintos”.
El objetivo, dijo, es que se transforme que el presidente sea el manda más, estilo, aseveró, instaurado durante el gobierno de Porfirio Díaz y que la propia Revolución no pudo erradicar.
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“Todo esto es parte de la transformación, porque antes, como hemos dicho, y además viene desde el porfiriato esa práctica de que el poder de los poderes era el Ejecutivo, y el Legislativo y Judicial eran apéndices. Había hasta teléfono rojo con el presidente de la Corte, y era lo que decidía el presidente de la República.
“Ahora no es así, además formalmente la Procuraduría (General de la República) dependía del presidente, ahora la Fiscalía es autónoma”, subrayó.
Por Emir Olivares y Alonso Urrutia / La Jornada
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