Garlito
Del reino animal, la bestia más depredadora, destructiva, contaminante, irracional, superflua, soberbia, inconsciente e intrascendente, es el humano; no solo ataca y destruye a sus congéneres, sino que afecta con perversa intención a las futuras generaciones, y trastoca diabólicamente el entorno donde sus nietecitos jugarán, destruye ecosistemas y corrompe el agua, suelos y cielos; cumpliendo cabalmente las órdenes del satánico, continúa su destrucción, no será la falta de oxígeno, ni agua potable, el final de la humanidad será asfixiada, sepultada en una gran montaña de basura, la humana es la especie que destruirá la creación divina.
Tiradero
Ante el constante y cotidiano panorama, ante la costumbre nefasta de autoridades de fomentarlo y ciudadanos de depositar sus desechos en la vía pública de Pachuca, esta mísera ciudad llena de desechos sólidos, en baldíos, jardines, en el mismo centro histórico, los montones de basura amenazan convertirse en montañas; la crisis de recolección de basura, siempre es un problema eterno de la capital y a pesar de ser un gran negocio, ni particulares, ni autoridades han sabido robársela, en cambio sí, han delegado su responsabilidad a terceros ante su ineficiencia y neófita autoridad municipal, lavándose las manos, muy sucias por cierto, ahora una empresa será la culpable de la ignorancia y estupidez de la ciudadanía también.
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Los personajes románticos del pepenador y de los carritos de basura, con sus escobas de varas y de recogedor una pala, se diluyen en la modernidad y convertidos en líderes o esclavos modernos desde el amanecer, los barrenderos sindicalizados, disfrutan de las mañanas en los jardines, libando un Tonayita, mirando cómo los ciudadanos actuales, sin menoscabo de su dignidad, arrojan basura ante sus ojos, no ya como lo hacían los abuelos a hurtadillas por las madrugadas, ahora a plena luz del día, la ciudadanía que exige es la responsable de convertir a la capital en un gran vertedero de desechos sólidos, esperando que la empresa capitalista haga su trabajo de grandes ganancias, pues unas más o unas menos la capital hidalguense genera al día 380 toneladas de basura, que ya no saben dónde dejarla; el basurero del Huixmi está colapsado, la basura es un problema mundial y como dijera un clásico “nadie hace nada”.
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Vertedero
El problema de la contaminación de la basura, está en el tratamiento que se le da a los desechos sólidos, México está en primer lugar de generación de basura en Latinoamérica con 103 mil toneladas diarias y 1.16 kilos por persona cada 24 horas, de acuerdo a estudios mundiales el 30 por ciento de basura no llega a vertederos y la que sí llega, va edificando enormes montañas de desechos, desde el subsuelo hasta la superficie, el gran vertedero de la Ciudad de México, tiene una altura de un edificio de 10 pisos y otro tanto hacia abajo, la generación de gas metano, que produce la descomposición es una amenaza constante de incendios incontrolables, además de la contaminación de los mantos freáticos y del subsuelo que no servirán nunca más.
China claro, es el más grande generador de basura, pero asimismo es el que la industrializa y compra de otros países, para devolverla en desechables, plásticos, empaques pet y un largo etcétera de productos que suponemos limpios, allá esta basura genera energía para ciudades menores a 10 mil hogares; en México los basureros y comunidades vecinas, están en absoluta oscuridad, en Estados Unidos el tiradero Apex Regional, en Nevada, es el más grande del mundo, creado para funcionar 250 años con una extensión de 890 hectáreas, recibiendo 9 mil toneladas al día y generando energía para comunidades cercanas; la basura es como una letal arma, terminará destruyendo a la humanidad, falta mucho conocimiento, estudio, disposición y políticas públicas para controlar los desechos sólidos, en tanto en Pachuca se aplica la del avestruz, escondiendo la cabeza ante la superioridad del enigma por la incapacidad de la autoridad y el ciudadano inconsciente e ignorante que la deja en la equina creyendo solucionar su problema, que sepultará a sus descendientes: el humano es un equívoco.