“El verde es un proceso, no un estado. Necesitamos pensar en “verde” como un verbo, no un adjetivo”.
Daniel Goleman
La preocupación por el rápido crecimiento de la contaminación, el aumento del efecto invernadero, la pérdida de biodiversidad y la escasez de agua se han convertido en algunos de los tópicos más importantes en las agendas públicas y privadas; y es que no podemos negar que desde hace un par de años, el cambio climático es un problema que nos aqueja y al cual es necesario abordar con cambios contundentes.
La urgencia de un llamado a la transformación ha sido patente, tan es así que el pasado 5 de junio, la Organización de las Naciones Unidas lanzó el videojuego Misión 1.5 el cual permite a las personas aprender sobre la crisis climática y, al mismo tiempo, comunicarse con los gobiernos sobre las soluciones que podrían implementarse para abordarla, todo mientras exploran universos virtuales.
Los videojuegos podrían representar una nueva forma de conectar con las personas y comprometerlas con la lucha contra el cambio climático, y es que esta industria tiene el alcance potencial de influir en el comportamiento de las personas, sobre todo de los jóvenes.
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Por otro lado, algunas empresas comienzan a aportar para luchar contra el cambio climático, tal es el caso de una de las aseguradoras más importantes del mundo Swiss Re la cual ha decido disminuir la cantidad de viajes en avión para ayudar a reducir el efecto invernadero.
No solo se trata de empresas u organizaciones, el tema ha sido abordado por muchas instituciones tan es así que el MIT Technology Review Insights, la división de publicaciones a medida de la revista bimestral del Instituto de Tecnología de Massachusetts recientemente dio a conocer el Índice de Futuro Verde 2022 el cual clasifica a 76 economías en función de su preparación para un futuro con bajas emisiones de carbono.
De acuerdo a esta medición Islandia, Dinamarca y los Países Bajos son los países más preparados para un futuro verde, son las naciones con mayor desarrollo de energías limpias, innovación en los sectores verdes y un incremento en la protección del medio ambiente y las políticas gubernamentales sobre el clima.
No se puede perder de vista el efecto que ha tenido la pandemia en el cambio climático, en un principio el confinamiento ayudó a que la Tierra tuviera un pequeño receso, océanos y ríos se limpiaron; sin embargo, la incertidumbre que se ha generado con el paso del tiempo ha hecho que muchos países tengan nuevamente hábitos de uso intensivo de carbono para reactivar sus economías.
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A pesar de lo preocupante del tema y de las investigaciones en torno a él, aun queda mucho por hacer, la temperatura sigue aumentando, la hambruna podría convertirse en una situación sin precedentes e incluso la escasez de agua, tan solo en nuestro país ha comenzado a causar conmoción.
Las mejoras no pueden ser solo esperadas de los gobiernos o las instituciones, también de forma personal se debe contribuir, dentro de las acciones más importantes están: 1) considerar los métodos de transporte, 2) usar recipientes para la recolección de agua y evitar su desperdicio y 3) reciclar el plástico.
Si bien es cierto que algunos países se encuentran más avanzados en cuanto a futuro verde se trata, no se puede perder de vista que la cultura debe cambiar, el consumismo debe dejar de ser una opción para entender que estamos a punto de llegar a un punto de no regreso.
*Analista en temas de Seguridad, Justicia, Política, Religión y Educación.
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