Igual que todos los procesos humanos, la administración pública debe atender a la evolución social, empatar con las necesidades y adelantarse a las soluciones. De otra manera provocará dos riesgos: la ineficacia gubernamental y, en consecuencia su debilidad, primero, y luego el alejamiento de la población que buscará por sus propios medios la satisfacción a sus problemas.
Hay además, en este tiempo nuestro, otras variables determinantes del buen funcionamiento de las administraciones públicas. Una es el uso de la tecnología, tan vertiginoso y eficiente para agilitar cualquier tramitología, como riesgoso para las y los usuarios, la actividad gubernamental incluida. La otra son los fenómenos naturales de imprevisible aparición, las pandemias por ejemplo, que requieren de respuesta inmediata y efectiva.
Recién circula el libro La administración pública del futuro. Retos y prospectiva, conjuntamente concebido y editado por la Universidad de Guadalajara, a través de su Centro de Estudios Estratégicos para el Desarrollo , y la Universidad Nacional Autónoma de México desde su Facultad de Derecho. Reúne dieciséis ensayos producidos por dieciocho académicas y académicos de ambas instituciones quienes abordan un conjunto de temas que van del respeto a los derechos humanos a la deuda pública, tan sensibles como el feminismo, la transparencia, salud y pandemia, apertura gubernamental, medición administrativa y mercado. Otros en torno al desarrollo digital: sociedad de la información, inteligencia artificial, ciberjusticia. También impartición de justicia, empresa pública y participación social.
En su presentación señala el presidente del Consejo Consultivo del CEED: “El desarrollo de la actual crisis global nos ha mostrado que los distintos países han dado diversas respuestas a una amenaza común, obteniendo resultados igualmente variables. Ello no es fruto únicamente de la pluralidad de posturas políticas: también las perspectivas y capacidades de las distintas administraciones públicas han permitido u obstaculizado cursos de acción. Por ello, en la construcción de una visión prospectiva de amplio alcance, pensar en la administración pública del futuro resulta de enorme relevancia.”
El director de la Facultad subraya en su prólogo: “Hablar de la administración pública es hablar del gobierno en acción, pues ello supone la colaboración entre los poderes de un Estado que permita la existencia y mejora continua de una ingeniería institucional diseñada para la resolución eficiente de las cada vez más complejas necesidades sociales.”
En el inminente inicio de un nuevo periodo gubernamental en cinco entidades federativas, Hidalgo entre ellas, a mitad del sexenio presidencial, en un contexto internacional complejo –incluye un conflicto bélico de pronóstico incierto-, es obligado repensar los modelos de las administraciones públicas locales con dos ejes fundamentales: la empatía con la administración pública federal en clave federalista y, la aplicación de estándares internacionales en el diseño de las políticas públicas.
No hay duda, además, de la importancia de insertar a la administración regional en la sociedad de la información, para lo cual es indispensable acelerar los procesos de conectividad y el acceso a la tecnología en la totalidad del territorio.
Felicidades a Marco Antonio Zeind, colega en el Ilustre y Nacional Colegio de Abogados de México, por su coordinación desde la Facultad de Derecho para el citado libro. Enhorabuena.
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