Los oficios de César Arnulfo Cravioto Romero quien se ha convertido en asiduo comensal de Tiro Girault, restaurante del Club Universitario de Tenis, el mismo que remodeló en los ochentas el director de la entonces paraestatal Compañía Real del Monte y Pachuca Luis Manuel Willars Andrade, no han sido suficientes para lograr un acercamiento y menos acuerdos entre Julio Menchaca Salazar y Gerardo Sosa Castelán.
El senador y delegado de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) que tiene regulares encuentros con emisarios del Clan Universitario para recibir mensajes emitidos desde Valle de Cáceres en San Javier no ha tenido ni siquiera en el equipo del candidato de Juntos Haremos Historia, en suma, Julio Menchaca Salazar a preferido pintar su raya con este grupo.
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Aún así los “operadores” sosistas efectúan reuniones para “apoyar” la campaña, pero todo bajo su cuenta y riesgo, aunque se pongan chalecos guindas, no les tienen confianza por su acostumbrado doble juego y hacer trabajar a sus estructuras en contra durante la última semana o en plena jornada electoral, además de que la gran mayoría de la comunidad estudiantil y académica no obedece la orden de votar por la opción que les indican.
El único que cree que el Clan Sosa es necesario y que suma a Juntos Haremos Historia es Cravioto Romero, pero es claro que Menchaca Salazar de ganar la gubernatura no quiere compromisos ni posterior pago de facturas a alto costo con un grupo cuestionado por la sociedad, por lo morenistas y ahora por un creciente sector de su fuente de poder: la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) que sufre ajustes para evitar mayor pérdida de control.
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Por eso de darse el resultado favorable para el candidato de Juntos Haremos Historia, no se puede descartar que fiel a su naturaleza Gerardo Sosa ordene una confrontación más con el gobernador en turno, la que puede ser la última porque las condiciones serán diferentes con una disminución real de fuerza de su parte.