Como sea, el 5 de junio se concretará la alternancia en Hidalgo, bien con la primera mujer que gobierne nuestro estado o bien con la llegada al poder de un partido político distinto al Revolucionario Institucional (PRI).
Se antoja prácticamente imposible que las dos opciones que representan Movimiento Ciudadano (MC) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), dieran la campanada, cuando se les observa muy lejos de los dos punteros: Julio Menchaca Salazar y Carolina Viggiano Austria, quienes afirman, cada uno por su lado, que llevan ventaja en las tendencias electorales, cuando estamos a 17 días de la jornada electoral.
Ambos contendientes presentan visiones opuestas, con objetivos comunes: llevar a Hidalgo al desarrollo y sacarlo de las condiciones adversas en que se encuentra, según el diagnóstico que cada uno por su lado ha presentado, especialmente en los dos debates que ha organizado el Instituto Estatal Electoral (IEE).
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Carolina Viggiano ha sostenido a lo largo de su campaña que el cambio está con ella y asegura que “es tiempo de las mujeres” para construir un discurso que convenza a la ciudadanía de que “es tiempo de una gobernadora”.
Se presenta también como una mujer de experiencia merced a los distintos cargos de elección popular que ha tenido y su labor en la administración pública. Encabeza una alianza sui géneris formada por tres partidos, otrora antagónicos, como el PRI, PRD y PAN, que buscan en conjunto la continuidad del PRI con un gobierno de coalición.
Del otro lado, Julio Menchaca, quien pasó del PRI a Morena y en ese partido logró ser senador de la República, se presenta como la verdadera opción de cambio que a nivel federal impulsa la Cuarta Transformación, y tiene en el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador a su principal promotor.
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Apenas el miércoles pasado bosquejó lo que a su juicio debe hacerse para recomponer el estado actual de las cosas en la entidad, en materia de combate a la corrupción, recuperar la paz ciudadana, el empleo y redireccionar la inversión en temas sensibles como educación, salud y obra pública.
Abajo, muy abajo, están Francisco Xavier Berganza y José Luis Lima, que poco han hecho por sumar voluntades que se reflejen en un nutrido número de votos para su causa.