El rápido crecimiento de las ciudades conlleva la necesidad de implementar estrategias de urbanización, que implican grandes retos y áreas de oportunidad. El espacio urbano es un sector clave donde es posible impulsar el desarrollo sostenible, que vuelve necesaria una planeación urbana y financiera sólida que contemple diseños innovadores, la creación de áreas que aumenten la calidad de vida de la población, la optimización del uso de suelo y la constante mejora en el ámbito de movilidad.
De acuerdo con el INAFED, la rápida urbanización sin planificación es insostenible. Se ha ido definiendo que las ciudades de los países en desarrollo son el foco de los problemas sociales y económicos. Dicho crecimiento, ha aumentado la desigualdad y discriminación de la gente en situación de pobreza, ya que va acompañado de la marginación de barrios pobres. Los problemas que se mencionan, pueden evitarse con una correcta planeación y organización.
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Conforme al estudio titulado “The Role of Urbanization in the Global Carbon Cycle” realizado por Galina Churkina, las áreas urbanas producen más del 70% de emisiones procedentes de la quema de combustibles fósiles y la expansión urbana en los trópicos, representa el 5% de las emisiones anuales que derivan del cambio de uso de suelo. Además, se resalta que los residentes de las ciudades son responsables de producir entre el 15 y 39% de las emisiones de dióxido de carbono de la tierra a nivel global.
Asimismo, dicho estudio señala que las emisiones de las áreas urbanas no solamente tienen un impacto en el medio ambiente, sino también en la salud y calidad de vida de las personas. La Organización Mundial de la Salud determinó que si la contaminación atmosférica en áreas urbanas se ve reducida de 70 a 20 microgramos por metro cúbico, las muertes causadas por la misma se disminuirían en un 15%.
En este sentido, existen programas como ONU-Hábitat que trabajan con más de 90 países buscando reducir la desigualdad, discriminación y pobreza. Además, se enfoca en el fomento del desarrollo de asentamientos humanos inclusivos y sostenibles y en la creación de soluciones a los retos a los que se enfrentan las ciudades del mundo.
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También, el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC) se encarga de la coordinación del trabajo económico y social de las Naciones Unidas. Funge como el foro principal para la discusión de problemas económicos y sociales y, promueve la cooperación internacional por medio de la creación de políticas para el desarrollo. ECOSOC mantiene vínculos con la sociedad civil por medio de intercambios de información con organizaciones no gubernamentales (NGOs).
Al existir este tipo de programas de las Naciones Unidas, hacen más sencillo el trabajo de los gobiernos para poder colaborar integralmente, y así, poder mitigar el cambio climático, logrando una adaptación real de los impactos que tiene el crecimiento acelerado y no planeado de las ciudades, en la calidad de vida de las personas y su salud.
EMILIO SUÁREZ LICONA
CONSULTOR Y PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD PANAMERICANA
@EMILIOSL
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