“Les dijeron que les iban a pagar 250 pesos más viáticos por día y que el trabajo era para guardia de seguridad”, así fue la narración de Blanca Cristal, madre de uno de los jóvenes fallecidos en la trifulca que se suscitó la madrugada del miércoles 27 de abril en las inmediaciones de la planta Tula, en Cruz Azul Hidalgo; de los ocho muertos, siete ya fueron identificados.
La señora Blanca, quien tiene su domicilio en el Estado de México, señaló que su hijo de 20 años, de iniciales A.D.M.R., le pidió permiso para venir a trabajar a Hidalgo pues una de sus conocidas le dijo que estaban buscando personal para supuestamente vigilar una planta de una cementera que iban a desmantelar.
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Según versiones de la mujer, a su hijo le prometieron un mes de trabajo y el pago de 250 pesos diarios más viáticos, lo que hacía un pago de alrededor de 500 pesos por día, durante un mes, por lo que el joven, quien no había tenido trabajo en estos días, consideró que era una buena oportunidad laboral e incluso invitó a otros amigos a venir.
De ahí que la señora Blanca refirió que luego de que se enteró de la situación que ocurrió en Hidalgo, contactó con la supuesta amiga de su hijo y la joven le contó que apenas iban bajando de los autobuses cuando los comenzaron a agredir personas que estaban dentro de la planta, mientras que detrás del grupo de donde venía el ahora occiso llegó otro grupo que también comenzó a agredir, por lo que los dejaron en medio.
Es por eso que la señora Blanca considera que al grupo en el que venía su hijo lo usaron como “carne de cañón” para culparlos de los destrozos que generó otro grupo de personas, lo que derivó en el fallecimiento de siete personas de ese grupo, uno de ellos de 15 años de edad, según versiones de sus familiares.
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Estas declaraciones coinciden con versiones que dieron previamente testigos de La Cruz Azul, quienes señalan que entre el grupo que arribó a la planta venían muchos muchachitos y que escucharon que les iban a pagar 500 pesos.
Cabe mencionar que de los ocho muertos, siete ya fueron identificados y seis cuerpos ya fueron entregados, mientras familiares del séptimo cuerpo estaban a la espera de poder recoger a su pariente, un adolescente de 15 años del que no sabían nada desde hace días y por consiguiente no tienen idea de cómo llegó a Hidalgo, según relataron.
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