Convencido de que hay que desmitificar la imagen que se ha formado respecto de los periodistas, Jorge Zarza, el conductor de noticias en televisión por más de 20 años, acaba de publicar un libro en el que se muestra a los reporteros como cualquier ser humano que lloran, sufren, sudan, sueñan.
“¿Cuántas comidas no cancelamos para vernos? Y no cualquiera entiende ese ritmo, a la tercera comida que tú le cancelas a un amigo, él te dice ‘pues no tienes interés’. No, sí tengo interés, lo que pasa es que mi trabajo es de otra manera.
“Pero no es la única profesión en donde te pierdes los festivales de la mañana de tus hijos, porque te toca el noticiero de 6 a 9 de la mañana. Yo no fui a ningún festival de mi hijo, no sé si mi hijo cargó la bandera, si le dieron algún premio. Por eso (el libro) se los dedico a mis hijos: Como respuesta a la pregunta ‘¿Dónde está mi papá?’.
“Pero insisto, no solamente el reportero, también el doctor. Seguramente el doctor tenía alguna cirugía a las 4 de la mañana y terminó a las 10 y tampoco fue al festival de su hijo. O sea, no somos los únicos (los reporteros), quiero desmitificar el tema de solo los reporteros, también el contador y también el abogado. Si ese día tienen un juicio y es tu juicio, preferirías que estuviera en tu juicio y no en el festival de sus hijos”, explica en entrevista.
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En el lugar de los hechos, de editorial Aguilar, es un libro escrito en dos tiempos: el primero, cuando el periodista nacido en Morelos cumplió 15 años como reportero, pero con tan mala suerte que en ese tiempo le robaron la computadora en donde tenía escritas ya algunas de las historias que ahora se ven reflejadas en el texto recién publicado y que trae a colación al tiempo de cumplir 25 años de labor en Televisión Azteca, 20 de ellos al frente de su noticiero vespertino y matutino.
Reunidas en poco más de 200 páginas, el libro consigna 17 historias muy personales de Zarza y que narran lo que el espectador no supo en su momento sobre lo que el periodista vivió o cómo se preparó para estar en el lugar de los hechos. Es una especie de detrás de las cámaras contadas por su protagonista, desde la matanza de Acteal, en 1997, pasando por el atentado de Atocha, España (2004), hasta la visita del papa Juan Pablo II a la isla de Cuba (1998).
Esta última experiencia es una de sus preferidas a lo largo de su carrera profesional, porque, cuenta, a excepción de Televisa, ningún otro medio mexicano había logrado viajar en el avión del pontífice y gracias a decenas de peripecias que tuvo que realizar, logró hacer un lugar en la aeronave.
“Para mí fue muy importante porque era la primera vez que Azteca ganaba un lugar que siempre estaba reservado para Televisa con Valentina Alazraki, muy merecido porque ella trabajó ininterrumpidamente dos décadas y con otros papas”.
“Paloma Gómez, otra decana de la fuente vaticana, me dijo ‘Sí hay oportunidad, búscala, sí te pueden subir al avión, yo te ayudo, pero tienes que venir más a Roma’, como si dijera vente más seguido a Cuernavaca. Y entonces me inventaba reportajes: vamos a hacer uno de los jardines del Vaticano, vamos a entrevistar a los cardenales mexicanos y ahora a entrevistar al fotógrafo del papa y buscaba motivos para ir a Roma”.
“Lo que buscaba era récord, que en la sala de prensa me ubicaran, el mexicano, el de TV Azteca, y así fue una parte, y por supuesto el cabildeo, las gestiones, las cartas, mías y del director de noticias, y logramos finalmente subirnos al avión. Me costó mucho trabajo y fue muy padre, cinco periodistas mexicanos de 70 en el avión, es parte de la historia”, narra emocionado.
Interrogado sobre qué opina respecto a las nuevas formas de informarse que tienen los ciudadanos a través de las redes sociales, el periodista –quien confiesa que en su juventud no tenía idea de a qué se iba a dedicar y que estudió periodismo porque en sus materias no se incluían las matemáticas—hace una reflexión sobre el tema.
“Las redes llegaron para quedarse, no van a tener un ciclo de terminación, no se van a morir, van a permanecer y más que otros medios de comunicación. Esto no implica que la televisión o el periódico o la radio desaparezcan como alguien lo pronosticó”.
“Las redes son muy rápidas, muy oportunas, llegan más rápido que el reportero, nos ganan la primicia, sí, pero eso es solamente una parte de toda la nota informativa. Para que una nota salga en La Jornada Hidalgo tiene que estar verificada, comprobada, sustentada, argumentada, eso es hacer información. Lo mismo en la tele”.
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Jorge Zarza no evade hablar de la situación por la que atraviesa el periodismo en la actualidad. Explica que, si bien no es el tema central de su libro, el miedo, las amenazas, los insultos contra él por su labor como periodista, también están presentes.
“Desde que entramos a estudiar periodismo, los que nos dedicamos a esto, a lo mejor no insistieron tanto nuestros maestros en decirnos en qué nos estábamos metiendo”, dice, para de inmediato volver a la desmitificación del periodista”.
“Sí es una profesión de mucho riesgo, pero no es la única profesión que tiene ese riesgo: es el reportero y el chofer, el reportero y la enfermera, el reportero y el doctor o contador. A todos nos pueda pasar porque el tema de la inseguridad en el país no es nuevo”.
El libro del periodista, prologado por Ricardo Salinas Pliego, no es todo color de rosa. También narra momentos vergonzosos para él como cuando entrevistó al expresidente de Chile, Eduardo Frei. Sentado frente al mandatario evidenció su falta de preparación e improvisación.
“El presidente se dio cuenta. Cuando terminó la entrevista, generoso me dijo: ‘No querrá usted tomarse la foto”, recuerda.
“Las redes llegaron para quedarse, no van a tener un ciclo de terminación, no se van a morir, van a permanecer”
Jorge Zarza
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