Jaramar, en su más reciente disco, “Todas las naves del mundo”, enciende una luz con su música para recordarle a la gente que en el mestizaje y la fuerza que esto significa en la cultura no solo en México, sino en el orbe, viene toda la riqueza de quiénes somos y de dónde somos.
La nacida en la Ciudad de México, pero radicada en Guadalajara muestra en dicho material, el número 16, un lenguaje expresivo híbrido, cargado de pasión y simbolismos en donde toma canciones surgidas en la España de la época de la Conquista en la que confluían culturas como la cristiana, mora y judía, las cuales migraron a México.
Dicha mezcla no solo se conforma con letras, sino también con los sonidos de instrumentos contemporáneos, los cuales ponen un sello enriquecedor a este encuentro de culturas que Jaramar ofrece.
“Me han dicho un par de personas cuando les he explicado este disco que si no tengo miedo de ser políticamente incorrecta, porque ahora hablar de la Conquista es rechazarla, rechazar la llegada de los españoles, es hablar sobre todo de la crueldad de la destrucción, es reclamarles y decirles que no hubieran venido.
“Y eso me preocupa, que la gente sienta eso, porque está de moda y es una cerrazón”, expresó.
A lo largo de sus 40 años en la música mexicana, Jaramar Soto por primera vez hizo un material totalmente diferente a lo que venía realizando, desde la manera de producción, la cual fue grabar uno a uno a sus músicos, la voz, para después hacer la mezcla.
Todo esto debido a la pandemia del Covid-19, lo que hizo que la cantautora trabajara desde el aislamiento al lado de su hijo, Luciano, quien a sus 29 años es el productor y arreglista de “Todas las naves del mundo” y que gracias a esto le dieron el sello que tenían pensado.
“En 2019 me invitaron al Festival de Almagro, que es un festival de teatro clásico, y fue sorprendente porque me invitaron a dar un concierto, yo no hago teatro. Fue ahí que propuse el concierto que llamé mestizaje y de ahí regresé con la idea de hacer algo directamente con esto, armando un repertorio que vaya de esa música del siglo XV, pero también la poesía virreinal y mis composiciones.
“El 2020 vino la pandemia y se canceló todo, pero pensé que era el momento para meterme a hacer un disco, trabajar el proyecto con este concepto de fusión, que sea audaz en los arreglos, músicos jóvenes, con una instrumentación sui géneris […] Que Luciano hiciera lo arreglos de cuerdas y metales y que se metiera a producir y grabar para mí era el camino que junto con él podía construir un disco que caminara por otro lado, que buscara un sonido nuevo para esta música.
“Con una canción del siglo XIII le metimos electrónica, cuerdas, marimbol, tuba y todo conversando y la voz y eso es lo que yo quería. Busqué referencias de sonidos, las compartí, hablamos mucho del camino que se iba a buscar y el aislamiento permitió esta maravilla”.
Una de las partes medulares de la música en general de la ganadora de un Grammy Latino por el disco “El hilo invisible”, el cual estuvo acompañada por el Cuarteto Latinoamericano, son las mujeres, las cuales están intrínsicamente en todo lo que realiza en cuanto a sus producciones, es por ello que la poesía novohispánica representada por sor Juana Inés de la Cruz, entre otras poetizas, fluyen en sus materiales.
“Mi propio trabajo de composición, y como ha sido el caso de mis proyectos anteriores, es principalmente la voz de las mujeres la que habla.
“El tono general (del disco), el color general, tiene que ver con el alzamiento, que habla mucho de la nostalgia, de la añoranza del otro, el clima de las canciones tiene mucho que ver que este disco se hizo de una manera muy distinta y me sorprende que pudimos grabar un disco sin ensayarlo”.
El próximo 13 de marzo en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris Jaramar presentará “Todas las naves del mundo” y, a diferencia de sus conciertos en donde confluyen música con una parte visual, ahora solo estarán arriba del escenario sus músicos y ella.
“Hay personas que me han dicho que para qué meto multimedia o video, que no es necesario, que distrae. Porque la música es suficientemente fuerte y sólida para mantenerse arriba del escenario y eso lo sé, porque lo he hecho muchas veces y eso no me da miedo.
“Este disco tiene que reflejar lo que vivimos durante el aislamiento, porque así se construyó, va a sonar diferente porque lo que hicimos en el estudio no se va a hacer en vivo. Esto me entusiasma mucho, porque nunca busco que suene igual”, aseguró.
Entre la supervivencia durante la pandemia, no solo se encargó de producir dicho disco, sino que también ya está en la creación de un nuevo proyecto, el cual gracias a su trabajo como compositora se decidió a pedir una beca en el Sistema Nacional de Creadores, la cual le fue concedida.
“El proyecto tiene dos partes vinculadas y son dos temáticas que me apasionan, una es un género musical medieval de las canciones españolas del siglo XIII. Son canciones de mujeres que le cantan al mar, que están enamoradas y le cantan porque es en ese mar que se fue su amor, es una forma como Penélope.
“La temática son las nuevas cantigas de amigo, inspiradas en aquellas, pero no vamos a otros lados, los textos los escribí yo. Y la segunda parte tiene que ver con la memoria, tiene que ver con esto, pero es otra idea que nosotros somos nuestra memoria y esa memoria la vamos inventando y se transforma como pasa el tiempo”, finalizó.
Por Alan Luna
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