Tula sigue en el ojo del huracán tras las inundaciones de los días 6 y 7 de septiembre del año pasado. Muchos de los escombros continúan en las calles, el desazolve aún no termina, el proyecto de rehabilitación no es integral y, ahora las familias damnificadas están esperando un colchón en buenas condiciones. Nada fácil lo que han vivido en estos meses, incluso en medio de la pandemia, y en lo que han llamada la Cloaca de la zona metropolitana del país.
No terminan de mejorar sus condiciones de vida desde que la tormenta los encontró y arrasó sus viviendas con las aguas negras provenientes del Estado de México. Las familias sólo estaban en sus casas, resguardándose, creyendo que estaban en un lugar seguro, sin embargo, la situación los rebasó.
La Red de Consciencia ambiental Queremos vivir señala que la rehabilitación sigue sin ser un proyecto integral, ante las dimensiones de una cloaca de la zona metropolitana y piden, junto con la sociedad en general, que no se sigan mandando las aguas negras a esa región que ya sufre un importante impacto ambiental.
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Y ahora la espera es la entrega de colchones en buen estado, sólo eso, que es poco. Las autoridades tulenses piden a las familias mostrar el artículo entregado para hacer el cambio, sabiendo que varios manifestantes lo quemaron por inconformidad. ¿Ahora sí les entregarán uno bueno? ¿Antes no se pudo? ¿Por qué? ¿En qué situación creen las autoridades que viven las familias damnificadas para jugar con su estado emocional de por lo menos dormir en un colchón digno?
De verdad, no hay nada mejor que mostrar empatía en estos momentos. Varios damnificados seguirán durmiendo en el suelo o con incomodidades porque la entrega aún no ha terminado. ¿Por qué no había suficientes? ¿Las autoridades no tienen un censo de quienes y cuántas personas lo requieren?
En estos momentos el Sistema de Aguas de la Ciudad de México realiza los trabajos de desazolve y faltarán unos días más para que se concluya la limpieza y, según los comentarios de quienes lo hacen, con esto el drenaje permanecerá diez años de vida útil. Pero sigue la inconformidad y la incomodidad en la ciudad de los Atlantes que ha padecido varios problemas incluidas infecciones y la pandemia por Sarcov2.
Damnificados de la Aquiles
Otras familias que se encuentran en la incertidumbre son quienes habitan, o habitaban los departamentos del edificio T de la colonia Aquiles Serdán de Pachuca, luego de la explosión por gas del pasado 16 de diciembre, por lo que ya cumplieron dos meses en la misma situación.
Permanecen sin soluciones que los satisfaga ya que, como lo dije en dos entregas anteriores, consideran que “no hicimos nada, no afectamos a nadie y tenemos pérdidas”. Las y los propietarios no cuentan con un peritaje al cien por ciento, de los daños y del estado en que se encuentra el edificio.
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Mientras tanto han buscado dónde vivir y en el caso de quienes rentaban a otras familias como propietarios, siguen sin esas entradas económicas.
Lo cierto es que… familias de Pachuca y Tula, esperan mejores condiciones de vida, cuando sus integrantes sólo permanecían en sus hogares cuando los alcanzaron los daños a sus propiedades.
Nota: Por cierto, no todos somos Carlos Loret.
Twitter@AidaSuarezCh
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