Bajo arraigo y con brazalete electrónico, Gerardo Sosa permanece vigilado

Gerardo Sosa Castelán, expresidente del Patronato y líder de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), logró el cambio de la medida cautelar, al ser dictado su arraigo domiciliario por problemas de salud, por lo que tras abandonar anoche el penal del Altiplano, permanecerá vigilado mediante brazalete electrónico.

Gerardo Sosa Castelán salió del penal de máxima seguridad del Altiplano, luego de un año cinco meses de permanecer recluido por presunto lavado de dinero, delincuencia organizada y operaciones de procedencia ilícita.

La noche del jueves se celebró una audiencia a petición de la Fiscalía General de la República (FGR), ya que la Fiscalía solicitó el cambio de medida cautelar de Gerardo Sosa Castelán ante el deterioro en su estado de salud.

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La autoridad judicial determinó que como imputado, seguirá enfrentando en arraigo domiciliario el proceso que se le sigue por su presunta responsabilidad en los delitos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita por un monto de 58 millones 200 mil pesos.

Desde el 21 de enero, se dio a conocer que la Fiscalía General de la República pidió el cambio de medida cautelar para Sosa Castelán, a fin de salvaguardar su salud e integridad.

Ante esta solicitud, el juez de control fijó un plazo de cinco días a la FGR para que remitiera una constancia que acreditara la autorización del fiscal Alejandro Gertz Manero, o de otro funcionario facultado, como establece el artículo 167 del Código Nacional de Procedimientos Penales.

La petición del cambio en la medida cautelar obedece a que la defensa de Gerardo Sosa Castelán señaló que padecía hipertensión y ha sufrido preinfartos.

Por lo anterior, Sosa Castelán había solicitado a través de sus abogados que se le administraran medicamentos y realizaran estudios de laboratorio.

En septiembre de 2020, Gerardo Sosa Castelán fue detenido en la Ciudad de México, acusado de lavado de dinero y operaciones de procedencia ilícita, con recursos de la universidad hidalguense.

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Desde entonces permanecía recluido en el penal de máxima seguridad del Altiplano, en Almoloya, Estado de México, hasta ayer por la noche en que cambió su medida cautelar, por lo que permanecerá en arraigo domiciliario, más no en libertad, porque debe enfrentar aún el proceso que se sigue en su contra.

En esta modalidad en que Gerardo Sosa Castelán estará confinado, tiene derecho a recibir visitas en general, de sus familiares y abogados.

También a no ser objeto de maltratos físicos o verbales, a que se le informe del delito que se le imputa, que la autoridad le provea de alimentos y recibir la atención medica que requiere.

El arraigo domiciliario se otorga siempre por un tiempo determinado que no puede exceder los 40 días, aunque en el caso de delincuencia organizada podrá extenderse hasta por 80 días de acuerdo con lo dispuesto por el artículo 12 de la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada

Una vez concedido, el ministerio público que integra la averiguación previa, deberá de acreditar la probable responsabilidad del inculpado, para posteriormente hacer la consignación al juez competente, quien deberá de resolver si otorga la orden de aprehensión para que el arraigado sea puesto a su disposición dentro de un Cereso o si se levanta la medida cautelar de arraigo por falta de elementos.

Además, se le impuso la medida cautelar de colocación de brazalete electrónico con geolocalización, con lo que estará monitoreado en tiempo real las 24 horas del día.


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