Por segundo año consecutivo, la festividad religiosa de la Virgen de la Candelaria ha dejado bajas ventas para los comerciantes de ropones para la imagen del Niño Dios, pues la contingencia sanitaria no ha permitido la afluencia de años anteriores.
Con apenas unos puestos semifijos en el centro de la capital del estado, este martes los vendedores optaron por ofrecer la vestimenta tradicional como los ropones de bautizo, trajes tejidos o vestidos de arcángeles, ya que además de ser los más buscados son los recomendados por los párrocos de cada iglesia.
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Aunque en otras entidades la vestimenta de los niños ha innovado como cada año ofreciendo trajes como del niño Covid, doctor, luchador o hasta el niño huachicolero, en Pachuca los comerciantes decidieron no arriesgarse a invertir en nueva mercancía debido a la incertidumbre de las ventas que mantienen desde el año pasado.
Además, en la mayoría de los casos optaron por mantener los costos de los ropones desde el 2020, los cuales varían dependiendo el tamaño de la figura del Niño Dios, siendo en algunos de los casos desde 60 pesos hasta los 180, sumado los accesorios como flores, zapatos, sonaja, bastón, entre otros que oscilan desde los cinco a los 30 pesos.
Esperan que este 2 de febrero registren una mayor demanda en este producto de temporada aun con las restricciones sanitarias.
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