Cuando iniciamos el año normalmente lo iniciamos con esperanza de que todo saldrá mejor que el año anterior, esto es algo bueno porque nos da motivos para echar para adelante pero la realidad es que a nuestro alrededor no hay mucho que cambie del último día del año viejo al primer día del año nuevo y eso hay que tenerlo presente para planear mejor el futuro.
El 2022 pinta complicado para México, va a ser un año en donde todavía habrá mucha incertidumbre, el entorno internacional no es color de rosa, Omicrón vino a frenar mucho del optimismo que nos dieron las vacunas, EEUU crece pero este año tienen elecciones y eso puede trastocar los planes del actual gobierno, China ya no tiene los crecimientos espectaculares de antes y Europa tiene que lidiar con el Brexit, esto podría ralentizar el crecimiento económico mundial, pero nuestro principal problema no está afuera, está adentro.
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El gobierno de México continúa con su proceso de destrucción institucional. La austeridad que se presume no es tal, lo único que ha sucedido es que se ha dejado de gastar en unas cosas para gastar ese dinero en otras, una de las consecuencias de esto es que el gobierno se ha hecho menos eficiente, mucho talento ha salido y muchas áreas no funcionan bien. La corrupción sigue ahí pero además la forma de combatirla ha traído muchos problemas, tal vez el más trágico es la escasez de medicamentos de enfermedades graves lo cual ha costado vidas. Omicrón nos puede dar un buen susto, la nueva variante es tremendamente contagiosa y aunque parece que produce una enfermedad menos grave, hay que recordar que todavía alrededor de un 40% de la población mexicana no está vacunada.
México no se ha recuperado económicamente del golpe de la pandemia, durante 2020 la economía mexicana cayó 8.5%, hubiésemos tenido que crecer poco más de 9% en 2021 para poder llegar al mismo nivel de PIB del 2019, eso no se logró e incluso puede ser que en 2021 no lleguemos a crecer al 6% prometido; en octubre, último dato que se tiene de la actividad económica, el indicador que la mide tuvo su tercer retroceso mensual consecutivo. La inversión, por otro lado, también está por los suelos, mientras que los privados no invierten como quisieran por la falta de confianza en el país, el gobierno lo poco que invierte lo invierte mal, hoy México tiene la misma Inversión Fija Bruta de hace 10 años. El empleo sigue con problemas, la creación de empleos es insuficiente, en noviembre todavía unas 15 millones de personas estaban desempleadas, subocupadas o disponibles para trabajar. A todo esto hay que sumar una inflación alta por varios meses, es por eso que ya los analistas comienzan a hablar de estanflación, que no es otra cosa que la terrible combinación de estancamiento económico con inflación. Menos dinero en la cartera y precios cada vez más altos.
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Algo debería de estar haciendo el gobierno para cambiar esta realidad, la mayoría de los analistas no esperan que México logre en 2022 un crecimiento mayor al 3%, pero no, lo que tenemos enfrente en el corto plazo es una propuesta de contrarreforma eléctrica que, de aprobarse, sería otro golpe a la economía mexicana. En el 2018 México era la onceava economía más grande del mundo, durante los siguientes años México cayó 5 lugares, hoy es la economía dieciseisava según el FMI.
Quisiera darles mejores noticias para iniciar el 2022 pero esto es lo que hay, continúa la incertidumbre y eso no es bueno para el entorno económico, con esto no quiero decir que será un año malo, muy probablemente será un año mejor que los dos anteriores pero la velocidad con la que mejoramos es poca y por eso la paciencia debe de ser mucha. El problema es que la paciencia hoy es un lujo y no está al alcance de todos.
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