Estamos a un año de uno de los peores momentos de la pandemia de COVID-19 en su paso por nuestro país y nos enfrentamos a una situación que, si bien es distinta, nos presenta diversos retos que habremos de afrontar en esta nueva etapa para lograr la consolidación de una estrategia de reactivación tanto a nivel nacional como desde las Entidades.
El cierre de 2021 nos recibe con niveles bajos de la media móvil de casos diarios confirmados, un importante avance en la estrategia de vacunación, la reaparición de eventos deportivos y artísticos masivos y la reapertura casi total de la economía; pero también con nuevas y más agresivas variantes del virus, cierre de algunas fronteras aéreas alrededor del mundo y el inicio de lo que parece una carta ola de contagios.
Como observamos el año pasado, la época decembrina es un periodo que requiere de mayor cuidado para toda la población. Desde el punto de vista de la evolución de la actividad económica, el peor momento de la pandemia se presentó en el 2T del 2020 con una caída de alrededor del 20.4% y el segundo peor al 1T de 2021 con una diferencia de 7.9% respecto de los niveles pre-pandemia, después de un alza importante en el número de casos confirmados en el país.
El reto hoy es diseñar e implementar una estrategia de reactivación que atienda a esta realidad y las nuevas demandas sociales y económicas que nos ha dejado la pandemia hasta ahora. En los últimos dos trimestres de 2020 inició el proceso gradual de reapertura económica en el que las Entidades diseñaron planes de apoyo económico, de impulso a la incorporación de tecnologías a procesos comerciales y de adopción de medidas sanitarias por algunas industrias, que permitieron la operación de ciertos sectores económicos que habían estado detenidos previamente.
A pesar de ello, sectores importantes de la economía nacional -como las actividades secundarias y terciarias- fueron rezagados en esta recuperación inicial. Para poner esto en perspectiva, al 3T de 2021, algunas de las actividades con mayor rezago respecto del 4T de 2019 son las hoteleras y restauranteras con un cambio del -26.8%, servicios culturales y recreativos con -23.9%, transporte y logística con -6.7% y construcción con -5.8%.
Lo anterior nos permite identificar las principales áreas de oportunidad para la recuperación económica, de manera que es posible focalizar las políticas públicas y apoyos directos a la población de estos sectores cuyos niveles de actividad económica y empleos formales aún no se han recuperado al cierre de 2021 y que dependerán en gran medida del avance de la estrategia de vacunación y la evolución de casos confirmados de contagios en todo el país.
Ante esta realidad, cobra mayor importancia la consolidación de una estrategia de reactivación económica que reconozca esta situación y genere políticas específicas para el fortalecimiento de sectores clave de la economía nacional. Será indispensable dar especial seguimiento al comportamiento de la pandemia y reforzar las medidas sanitarias en este periodo de fiestas, con el objetivo de evitar una nueva ola de contagios y prevenir la ocurrencia, de nueva cuenta, de las inmensurables pérdidas humanas y económicas que trae consigo el COVID-19.
POR EMILIO SUÁREZ LICONA
CONSULTOR Y PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD PANAMERICANA
TWITTER: @EMILIOSL
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