Impunidad impera en robo de coladeras

En los municipios de Zempoala y Pachuca, en la zona limítrofe que comprende el área de los fraccionamientos, desde hace semanas manos anónimas robaron tapas de metal de las coladeras de drenaje, drenes pluviales y registros telefónicos, sin que hasta el momento se tengan identificados a los probables responsables de estos hurtos. 

Durante un recorrido, este diario constató que faltan 11 coladeras que protegían la infraestructura de agua potable que administra la Comisión de Agua y Alcantarillado de Sistemas Intermunicipales (Caasim). Según los propios vecinos, en una sola noche desaparecieron varias tapas metálicas en calles de fraccionamientos del sur de Pachuca.  

Vecinos de la zona han reportado el robo de coladeras sobre la avenida Camino a Téllez, así como en los fraccionamientos Los Viñedos, Real de Joyas, en lo que respecta al bulevar San Alfonso y en el Bulevar Paseo de Los Viñedos, lo cual representa un peligro para los automovilistas, ya que los registros abiertos pueden ocasionar desde la ponchadura de una llanta, daños a la suspensión de un vehículo, o peor aún, una colisión o volcadura.  

La Dirección de Obras Públicas del ayuntamiento de Zempoala confirmó que vecinos han reportado por teléfono el robo de las tapas. 

Luego de la denuncia, el reporte es turnado a Servicios Generales y posteriormente Protección Civil atiende el caso, verifica en los lugares donde se reportó y revisa si el problema corresponde a Zempoala o a Pachuca, explicó la dependencia. 

En el caso de Zempoala, este fenómeno se ha presentado en la zona de fraccionamientos, donde la dirección de Protección Civil ha repuesto las tapaderas, pero después son robadas otra vez, lo que ha derivado en un círculo vicioso donde “se reporta, se le da el seguimiento, vuelven a poner las tapaderas, pasa un lapso de un tiempo, y nuevamente vuelven a reportar”, esto en un lapso de 20 días aproximadamente.  

También se consultó a Protección Civil y a Seguridad Pública de Zempoala, quienes explicaron que el comandante de la corporación y la presidencia han recibido los reportes de estos robos.  

Se les preguntó si en el área hay cámaras de videovigilancia que registren posibles movimientos de los ladrones de las tapaderas, respondieron que se cuenta con las alarmas vecinales, cámaras de C5 y las cámaras de C2 “que están monitoreando constantemente, pero hasta el momento no se ha encontrado a alguna persona que la esté retirando en el momento”. 

Los más afectados son los colonos de los fraccionamientos Viñedos y de fraccionamientos ubicados en torno al bulevar San Alfonso, que es donde más reportes se tienen de estos hurtos, “fuera de ahí en otra privada no nos han reportado ningún robo”. 

No obstante, si la policía les encuentra en flagrancia, se les detiene y remite al área de retención primaria para el proceso correspondiente, “si hubiera alguna demanda por parte de los habitantes de ahí de fraccionamientos, pues se abriría una carpeta de investigación, y se realiza el trámite ante el Ministerio Público”. 

“Pues con que sea fierro, te lo recibo” 

Este diario visitó depósitos que reciben desperdicios industriales y compran fierro viejo, entre otros materiales de reciclaje en la colonia Ampliación Santa Julia, en Pachuca. En una de las calles, se le preguntó al propietario de un depósito de pet y cartón, que aunque no comerciaba fierro viejo, compartió que por lo regular esas tapas se las roban personas con problemas de drogadicción para venderlas y comprarse “piedra”. 

En otro depósito, ubicado en la calle Javier Rojo Gómez de la capital del estado, uno de los encargados refirió que ellos pagan a 5.50 el kilo de fierro viejo, pero que, en su caso, ellos no aceptaban tapas de registros de alcantarillado. 

Sin embargo, al acudir a uno más localizado en la calle 20 de noviembre, en la colonia Santa Julia, al encargado se le preguntó si restringían la compra de materiales como tapas de alcantarillado, a lo cual respondió “pues con que sea fierro, te lo recibo”. 

En otro punto de la zona metropolitana de Pachuca se consultó en un predio que recibe materiales de reciclaje en Santa María La Calera, en el municipio del Mineral de la Reforma, en donde el encargado informó que pagaban a 3.50 el kilo de fierro, es decir, más barato que en el depósito ubicado en Santa Julia, y de igual modo confirmaron que mientras sea fierro ellos lo reciben, no importando el origen.  

En la PGJEH se preguntó si tenían registro de denuncias por robo de coladeras, a lo cual respondieron que estaban en la tarea de ubicar si había carpetas de investigación porque hacen el registro con base en el delito denunciado, y estaban en el proceso de buscarlas, “tienen que revisar todas las carpetas por robo para conocer las características de ellas y ubicar, cuáles son por coladeras”. 

Al municipio de Pachuca se le pidió información sobre la incidencia de robo de coladeras, sin embargo, no hubo respuesta.  

No obstante, vecinos que pertenecen al Comité de Fraccionamientos del Sur corroboraron que en el municipio de Pachuca también se registra el robo de tapas de alcantarillado o de registros de agua. 

Sin embargo, en el caso de Pachuca, la titular del comité indicó que las tapas se han estado sustituyendo por otras de un material que es mezcla de caucho y de concreto, con lo que se ha detenido esa práctica en el área de fraccionamientos.  

Un delito ambiguo  

Consultados sobre el tema, los abogados Luis Noriega y Hugo Contreras coincidieron en que en el Código Penal de Hidalgo no está establecido de forma explícita el robo de mobiliario público como es el caso de coladeras o tapas de registro, pues hay ambigüedades y lagunas en el tema. Noriega explicó que en la Ciudad de México el delito está bien definido porque lleva muchos años cometiéndose, pero en el caso de Hidalgo, no se han establecido penalidades para la sustracción de material público. 

Contreras detalló que, frente a la indefinición, entonces debe tomarse en cuenta a qué dependencia se le roba el mobiliario para establecer la clase de delito en que incurren los responsables. Si le roban mobiliario a la Comisión de Agua y Alcantarillado de Sistemas Intermunicipales, Caasim, o a algún municipio, entrarían en delitos del fuero común. 

Pero si esto lo hicieran en contra del patrimonio de la Comisión Federal de Electricidad, estarían incurriendo en un robo del orden federal. De igual modo, si el hurto de una tapa fuese en una calle del municipio, sería un delito del fuero común, no así en carreteras federales, donde incluso se estaría incurriendo en el delito de ataques a las vías generales de comunicación. 

Por ello, ante esta laguna, Contreras indicó que lo mejor es que los ciudadanos recurran al Ministerio Público para realizar la denuncia, ya que según sea el caso, lo va a turnar al fuero común o al federal. 


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