Se prendió la mecha en Morena y los cañonazos mediáticos en forma de denostaciones y guerra sucia volaron por todos lados. El blanco: tres de los principales aspirantes al gobierno de Hidalgo quienes pelean con uñas y dientes su permanencia en un proceso interno que comienza a perder seriedad y todos pretenden manosear.
Primero se abrió fuego en contra del senador Julio Menchaca Salazar quien salió raspado del escándalo por viajar en jet privado para asistir a la toma de protesta del gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya.
“Me dieron un ride”, justificó Menchaca cuando tuvo oportunidad de defenderse ante el desliz que fue aprovechado por sus adversarios para colocar el tema a nivel nacional, precisamente en la víspera en que el Consejo Estatal eligió cuatro propuestas para la gubernatura, y en las cuales el senador fue excluido.
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Pero no fue el único, los “autores” de un video difundido en redes sociales enfocaron sus baterías en contra del delegado de los programas de Bienestar en Hidalgo Abraham Mendoza Zenteno, a quien califican como “un peligro para Hidalgo” y lo asocian a supuestos actos de corrupción, así como el uso y abuso de los recursos federales para promover su imagen rumbo a la sucesión del 2022.
“Estuvo ausente por meses, pero ya que se acercan los tiempos electorales sale de su oficina y visita comunidades para que lo empiecen a conocer, porque nadie sabe quién es”, se escucha la voz en off del video que narra las supuestas andanzas de Mendoza.
El tercero de los aspirantes, -el más popular- pues lleva más de 21 años en campaña pretendiendo ser gobernador de Hidalgo, (tiempo que ha aprovechado para desfilar por casi todos los partidos políticos), tampoco se salvó de la guerra mediática.
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Por ello, aquella campaña utilizada en Guerrero de “un violador no será gobernador” lanzada contra un individuo que se hacía llamar “El Toro” (a quien el INE le retiró la candidatura a la gubernatura de ese estado por no presentar su informe de ingresos y gastos de precampaña), ahora es reciclada en Hidalgo para referirse a uno de los aspirantes que salió bueno para la cantada, pero que en el 2006 fue denunciado por el delito de tentativa de violación y ese antecedente hoy lo persigue en plena contienda interna.
Esta guerra de lodo entre aspirantes no sólo deja en evidencia la anticipada fractura que se avecina en Morena, sino el doble discurso de quienes ponen por encima sus intereses personales y de grupo, buscando el poder por el poder más de allá del tan pregonado proyecto de transformación de la 4T.
Hay otras cuatro decenas de “suspirantes” levantando la mano para que se les tome en cuenta para la sucesión del 2022, pero la mayoría no figuran porque son proyectos endebles, cuya inquietud radica en la falsa idea de que Morena “ganaría con cualquiera” y no precisamente porque representen un proyecto político serio.
En la dirigencia nacional están conscientes de ello, que no con cualquiera podrán ganar la elección del 2022, pero tampoco se ven intenciones del CEN de soltar el manotazo en la mesa para poner orden entre sus aspirantes y sus dirigentes en Hidalgo, quienes están jugando cada quien por su lado.
@AlexGalvez
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