“Trata como quieres que te traten”

La empatía es indispensable en los vínculos de calidad, es muy diferente la existencia de este a que sea de calidad.

 Cuando hay calidad lo que se distingue es que imperan emociones positivas, contando con la suficiente empatía para tratar al otro como esperas que te traten, y tomar conciencia de no lastimar al otro por ningún motivo.

Uno de los conflictos comunes en la relaciones es justamente que se nos olvida cómo nos gustaría que fueran con nosotros o peor aún caer en el narcisismo y pensar que solamente “yo merezco que el otro se conduzca bien conmigo  y no darme cuenta de lo que estoy haciendo en la relación”, esto aplica para relaciones de amigos, familia, pareja… todo tipo de relaciones, incluso en  la convivencia social, no hacer a otra persona lo que no quieres que te hagan a ti y dar lugar a lo que si deseas: Lealtad, honestidad, mantener el  buen trato, escucha empática, hablar de frente, aplicar la responsabilidad afectiva.

¿Cuánto cambiarán nuestra relaciones si eligiéramos tratar a la otra persona como nos gustaría que nos traten?

Llamamos responsabilidad afectiva al cuidar la forma en la que nos conducimos en la dinámica con las personas con las que convivimos cotidianamente, y sobre todo, con quienes tenemos vínculos más significativos, dicen que amar es cuidar y coincido, así como en cuidar también cuando no se ama.  

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¿Qué cuidar para cuidar la relación con quienes amamos?

Nuestras palabras y los efectos que ocasionan.

Cumplir acuerdos.

Las omisiones que afectan emocionalmente.

La congruencia entre el decir y hacer.

Tocar el mundo emocional con respeto.

De hecho, cumplir la palabra tiene un valor incalculable, cuidar lo que hacemos, lo que decimos o lo que ocasiona romper el diálogo evitará desgastar relaciones y afectar emocionalmente.  

Cada vez que nos comprometemos con otra persona, primero necesitamos comprometernos con nosotros para tomar la responsabilidad de cumplir, independientemente de nuestro estado emocional del futuro.

El lenguaje esquizofrenizante (mostrar oposición entre lo que se dice y se hace) puede afectar incluso la salud mental de quien recibe este tipo de mensajes.

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Toda conducta genera una reacción, recordando que la omisión también es conducta.

Somos responsables afectivamente de lo que ocasionamos en las personas más cercanas, claro que hay un límite, el otro requiere responsabilizarse de autorregularse.

No somos ajenos a lo que ocurre en cada interacción, no deberíamos serlo.

¿Queremos relaciones exitosas? ¿Vínculos que no hieran? La empatía, la asertividad y la responsabilidad afectiva son indispensables para pasar o permanecer en la vida de otros enriqueciéndola,  o por lo menos, sin causar daño.

Que tengan un gran fin de semana.

Lorena Patchen

Psicoterapia presencial y en línea.        

              


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