Hasta hace unos años la violencia escolar no había sido un tema abordado de forma constante, sin embargo, con el paso del tiempo se ha convertido, en una situación que ha mantenido niveles en incremento, por lo que el tópico se ha posicionado como importante no solo en los medios de comunicación sino también con expertos en la materia.
Incluso pese a las medidas establecidas por la pandemia, las agresiones no han presentado una disminución significativa, por contrario las agresiones verbales y físicas, se transformaron de forma rápida en el denominado ciberbullying; es así que la computadora, los teléfonos inteligentes y las tabletas se convirtieron en herramientas para verter el odio, la hostilidad y la ira que antes se hacían de forma presencial.
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Es innegable que la violencia y el acoso escolar son temas centrales ya que afectan de forma sustancial el desarrollo de la niña o niño, es una cuestión que tiene que ser analizada desde distintas perspectivas, sin embargo, considero que una de las principales puede ser la constante muestra de odio.
Y es que tristemente en las últimas décadas las noticias hacen una continua referencia a situaciones de agresiones y crimen, donde la crueldad humana juega el papel principal en las narraciones de los medios de comunicación masiva y las redes sociales, lo que de manera significativa podría provocar que la niñez y la juventud consideren que este tipo de manifestaciones son un estilo de vida habitual.
Ninguna niña y ningún niño debería sentir miedo de asistir a la escuela, nadie debería experimentar ansiedad por aprender, las instituciones educativas no tendrían que relacionarse en la mente de la infancia a episodios de agresiones y/o golpes; desafortunadamente, millones experimentan estas y otras sensaciones a lo largo del mundo.
Es así que de acuerdo a datos del informe “Acabar con la Violencia en las Escuelas” publicado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia más de uno de cada tres estudiantes entre los 13 y los 15 años experimentan acoso, y el mismo número se repite en cuanto a quienes se han visto involucrados en peleas físicas, pero, además se asevera que 720 millones de niños en edad escolar viven en países donde las leyes no les confieren una protección completa frente al castigo corporal en los centros educativos.
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Este día propuesto por los Estados Miembros de la UNESCO, no solo nos permite hacer un alto frente a una sociedad cada vez más propensa al rencor, sino que además sirve como un llamado a reforzar las alianzas e iniciativas que aceleran los progresos en aras de la prevención y eliminación de la violencia y el acoso escolar, incluido el ciberacoso.
Es así que hoy preguntémonos, ¿cómo fomentar la ausencia de violencia en las escuelas? Ya que, aunque muchos creen que la solución es la implementación de un modelo de hipervigilancia, es decir cámaras de seguridad, el renombrado “operativo mochila” o la instalación de detectores de metal en las entradas, entre otros mecanismos, esto no hace más que aplazar el problema real; lo verdaderamente importante es retomar la enseñanza en valores, ahondar en las razones de aquellos que cometen acoso y profundizar en la educación emocional y en la comunicación efectiva.
En un mundo donde el odio parece no detenerse, es trabajo tanto de alumnos como de profesores sembrar, compasión, solidaridad, empatía, pero sobre todo amor al prójimo.
*Analista en temas de Seguridad, Justicia, Política y Educación.
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