Para que nadie te quiera menos de lo que mereces que te quieran, lo primero es que reconozcas lo valioso y valiosa que eres.
Que conozcas y no olvides tu derecho a la felicidad, ¡a la reciprocidad!
El amor propio, no tiene nada que ver con el egoísmo ni con la falta de compromiso para amar a otro, de hecho si te amas es mayor tu capacidad de amar y recibir amor.
Un amor sano es un amor completo, de ida y vuelta, empático, en el que existe responsabilidad afectiva hacia el exterior y también al interior.
Cuando se ama desde el amor propio ninguno queda en deuda, ni con el otro ni consigo mismo, porque ambos integrantes de la pareja son igualmente importantes: “tú importas y yo también”, solo así es posible hablar de un verdadero: NOSOTROS, que de lugar a una dinámica de relación en donde no hay uno que siempre gana y otro que siempre pierde.
Un principio básico de la autoestima es el reconocimiento de tu valía personal y construir un autoconcepto positivo, si piensas que eres una persona querible difícilmente vas a permanecer en donde o con quien no te valore o no elija conducirse contigo, por lo menos, con el mismo respeto y amor con el que tú te tratas.
Y por el contrario, cuando se cree amar desde la carencia ningún amor aún siendo genuino es suficiente.
La experiencia amorosa es plena cuando no se basa en la desconfianza y menos en el miedo, si existe y se respeta la libertad de cada quien para estar o para irse, y también, al tener claro que la dignidad de cada cual no se pondrá en riesgo bajo ninguna circunstancia.
El amor propio en una relación de pareja (y sin pareja) aplica para hombres y mujeres, si en una relación solo uno cree que tiene el derecho de amarse y que el otro le debe brindar pleitesía, no estamos hablando de amor propio sino de narcisismo y este es un obstáculo casi inamovible para construir y mantener un vínculo de calidad.
Una persona ama mejor si tiene una relación de amor propio, punto.
Si lo pensamos bien, en una gran cantidad de historias amorosas lo que más falta es amor propio, entre otros motivos porque lo que ocurre es que buscar ser amado para saberse valioso o sentirse amado no es la ecuación adecuada para tener éxito en pareja, lo conveniente es primero distinguirse valioso y después determinarse a coincidir con quien de igual forma piense lo mismo de si, así la relación entre ambos tendrá más posibilidades de ser equitativa, respetuosa… digna.
Quien se ama no tolera faltas de respeto, no se adapta ante el rechazo ni la indiferencia, hace sus maletas (o mejor aún se las prepara al otro), y se despide honorosamente.
En conclusión, para amar desde el amor propio, primero distínguete como la persona valiosa que eres.
Reconócete merecedor o merecedora de un buen amor, con derecho a transitar feliz y pacíficamente por tu vida amorosa.
Toma continuamente en cuenta que las relaciones sanas se establecen entre personas que se aman a sí mismas lo suficiente para luego tener la capacidad de amar a su pareja.
Si te aman, celébralo, valóralo y disfruta correspondiendo.
Si no te aman, dirige hacia ti todo el amor no correspondido, por salud mental no te quedes donde no te quieren. Y nunca donde te hagan daño.
Duele decir adiós a la expectativa, a la ilusión o a veces a ese amor no correspondido, pero no se compara con el sufrimiento que ocasiona convencerse erróneamente de que lo que tienes, aunque no sea lo mejor es lo único a lo que puedes aspirar amorosamente.
Para concluir, casi puedo asegurarte que si sufres más de lo que gozas en tu relación de pareja lo que sientes no es amor, porque si es amor lleva amor propio.
¡Quiérete siempre!
Lorena Patchen
Psicoterapia presencial y en línea
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