YOLANDA

8M: El feminismo que va a vencer

La vida se paró el 8 de marzo pasado. Quiero creer que los gritos de todas en nuestro país causaron un pequeño temblor. No solo en nuestros corazones, sino en la tierra.

No hubo ningún estado en el cual las niñas, las adolescentes, las morras, las señoras y hasta las doñas estábamos gritando consignas, rayando paredes, poniendo la cuerpa porque el sentimiento de hartazgo, de furia estaba en el ambiente. Al menos yo, no recibí ningún mensaje de felicitación porque he dicho hasta el cansancio a los hombres que este día no se felicita, se conmemora, se vive con la digna rabia.

Marché en la capital a lado de mi madre, mi prima que era su primera vez, mi hermana que con sus fotos dio testimonio de nuestrxs rostroxs, mi mejor amigo trans que por fin ocupaba el espacio siendo él, mis mejores amigas con las que he marchado desde hace 6 años, de mis compañeras de trabajo, las de lucha. Bailamos y sonreíamos cuando coreábamos:

“Ahora que estamos juntas, ahora que si nos ven

Abajo el patriarcado se va a caer, se va a caer.

Y arriba el feminismo que va a vencer.”

Nos cubrimos los rostros con los pañuelos verdes, escondiéndonos del gas lacrimógeno que nos tiraron y nos sentimos tan vivas rodeadas de presuntos policías. Ahí dejamos la voz, la garganta, el sudor, las risas y las lagrimas por todas las que faltan, por las que no pudieron estar. Me enorgullecí de compañeras hidalguenses que pintaron todo el centro y tomaron el palacio de gobierno. Cuando nuestra presencia demostraba que somos millones, una pandemia que nos ha cambiado la vida, pero no la forma en que vivimos la violencia, llegó y aquí estamos tratando de sobrevivir.

El 8 de marzo se conmemora por las obreras que luchaban contra la desigualdad de género, el capitalismo, el racismo y desde hace un año sigo cuestionándome cuál es el feminismo que va a vencer.

Y va a vencer el que se posicione en contra del capital, del clasicismo, el racismo, el capacitismo, el que busque la autonomía y libertad de las mujeres y que el aborto deje de ser un delito y sea reconocido como el derecho de mujeres y personas con presunta capacidad paridora en cada rincón del país, que reconozca a las maternidades deseadas, el que este con las trabajadoras sexuales, las trabajadoras del hogar, que reconozca la experiencia de nuestras hermanas trans y respete a los hombres trans y personas no binarias, el que no confunda la teoría con la práctica, el que no pida más cárcel, más penas porque nos queda claro que el sistema judicial y penitenciario no es la justicia de las mujeres ni las personas oprimidas; el que pelee contra la demagogia estatal, contra los feminicidios, con las familias de las desaparecidas y desaparecidos, el que no fiscalice pero si critique toda practica opresiva, que condene toda clase de discriminación y principalmente, no romantice a las mujeres y siga perpetuando la lucha de manera binaria, dicotómica.

No saldré a marchar este 8 M, pero como todos los días portaré mi pañuelo y quizás tarare muchas consignas porque nos extraño tanto gritando, emitiendo un aullido de dolor y vida contra este sistema necro político que quiere eliminar cualquier rastro de femineidad.

Para mi aun no es momento, pero se que este feminismo que va a vencer, el heterogéneo y voraz; lo llevamos a todos lados.

Sugerimos: Los medios y la pederastia clerical


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *