Concluye un año en el que la maquinaria de la industria de la música acrecentó su poder e influencia para colocar e impulsar productos de cuestionable calidad, pero de consumo masivo; en contrasentido, ciertos creadores se esforzaron en ir más allá de discursos políticamente correctos, al tiempo que antepusieron propuestas más arriesgadas estéticamente en pos de reconciliarse con el arte en sí mismo.
En la música, ciertos productos mainstream suelen ser poco duraderos, mientras que aquellos transgresores se van asentando progresivamente y sus obras perduran sobre la línea del tiempo.
1)Travis Scott
Utopia
(Cactus Jack Records/Sony Music)
¿Una súper estrella del hip-hop siendo parte de un complot en su contra de parte de la industria? Es como estar nominando aquí a un fantasma que dejó su impronta en la música contemporánea (y millonario consumo). ¿Cómo es posible que en un álbum en el que aparecen Drake, Beyoncé, The Weeknd, Kid Cudi, Young Thug, Bad Bunny y otros tantos sea ignorado olímpicamente? Una obra monumental de hip-hop futurista conformada por 19 cortes y casi hora y cuarto de duración vuelta volutas de humo por la prensa corporativista. ¿Un misterio y una injusticia? No, sí sabemos cómo se manejan las cosas en estos tiempos y que aun así no le quitan un ápice de su magnificencia.
2)Caroline Polachek
Desire, I Want To Turn Into You
(Perpetual Novice)
Vaya inteligencia la de la norteamericana para rizar el rizo del pop contemporáneo y darse una vuelta del italo disco al flamenco pasando por el downtempo noventero. Se trata de un rompecabezas perfectamente armado con instantáneas de la vida en su esencia más pura.
3)Sufjan Stevens
Javelin
(Asthmatic Kitty)
El arte fundido con la vida misma y sin cortapisas y filtros; el compositor y cantante de Michigan sufrió la pérdida de quien fuera su pareja por años y le ha dedicado un disco delicado en el que toca casi todos los instrumentos; indie folk de matices electrónicos y orquestales que cala hasta lo más profundo del alma.
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4)Slowdive
Everything is alive
(Dead Oceans)
Fueron protagonistas de la grandeza del shoegaze en los noventa y luego desaparecieron, para regresar en 2017 y provocar un culto inmediato; este año nos sorprendieron con un disco de enorme vitalidad y refinamiento que especula alrededor de la muerte de un par de familiares de dos de sus miembros. No queda sino considerarlo una experiencia sublime.
5)Fever Ray
Radical Romantics
(Rabid Records)
El tercer álbum solista de la sueca (también miembro de The knife) está inspirado en el libro de Los Corintios de La Biblia y asume el grandísimo reto de auscultar al amor desde diversas perspectivas, siendo la mítica la central. He aquí la magnificencia del synth-pop al servicio de un ensayo-álbum logradísimo.
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6)James Blake
Playing Robots Into Heaven
(UMG Recordings/Polydor)
Este artista inglés de alma viejoven explota fibras muy sensibles de la emotividad e incorpora soul y R&B a un amasijo delicioso de electrónica que ahora incrementa su expresividad y potencia para llegar incluso a la pista de baile -un lugar en el que incluso se puede llorar-.
7)Boygenius
The record
(Interscope Records)
Hablar de una obra completa entre Phoebe Bridgers, Julien Baker y Lucy Dacus son ya palabras mayores… y este encuentro propicia que exploten al indie rock con sus matices de folk hasta el máximo nivel de inspiración compositiva. Canciones que observan a la sociedad contemporánea lo mismo con sarcasmo que con profundidad.
8)Romy
Mid Air
(Young Records)
La electrónica de baile como una exquisita forma de arte que también es un vehículo para cronicar a la sociedad actual; Romy se aleja de la lentitud característica de The XX y se apoya tanto en Fred Again… como en su compañero Jamie XX para fraguar un manual sobre los sentimientos y su lugar en el presente… pero a toda velocidad.
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9)Overmono
Good Lies
(XL REcordings)
El debut más deslumbrante e importante de la electrónica procedió desde Gales; los hermanos Tom y Ed Russell tienen enorme sapiencia para aglutinar techno y breakbeat con elementos de pop y ciertos pasajes más densos. A ellos les debemos también una de las mejores sesiones del Boiler Room de este año. ¡Vibrante!
10) ANOHNI and The Johnsons
My Back Was A Bridge For You To Cross
(Secretly Canadian)
Una artista incomparable de la escena trans nos entrega una decena de canciones conmovedoras que lo reconcilian con el sonido de una banda en toda regla y una música lóbrega y vintage que hace estremecer a los escuchas. Retoma unas melodías oldie que conocen del soul y el jazz y así contar historias que alegan para que las supuestas minorías ejerzan su sexualidad con entera libertad.
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